La casa de la Matilla de los Almendros se sitúa cerca de la carretera que une Plasenzuela con la general que va desde Trujillo a Cáceres. En el camino que conduce a la vivienda nos encontramos con múltiples mojones
El complejo se compone de una casa de planta rectangular y tejado a cuatro aguas a la que se accede desde el patio, donde se conserva una inscripción romana y dos mojones. El patio articula distintas dependencias agropecuarias y, a la derecha, una capilla que remata en una soberbia espadaña y pináculos decimonónicos en sendas esquinas. En el patio localizamos una lápida romana inédita en la que puede leerse:
GEMEL(us)
GEME[L(i)]
F(ilius)∙ A(nnorum)∙ XXX (triginta) [H(ic)]
S(itus)∙ E(st)∙ S(it)∙ T(ibi)∙ T(erra)∙ L(evis)
M(ater) O(ptimo) F(ilio) [F(aciendum)]? C(uravit)
Aquí yace Gemelo, hijo de Gemelo, de 30 años. Que la tierra te sea leve. Su madre al mejor de los hijos procuró hacerlo.
La Matilla de los Almendros viene mencionada por Tomás López en 1798 junto a otras casas de campo de la tierra de Trujillo:
“Su jurisdición, con dezmatorio, se esttiende en todo un circuito en unas parttes a dos leguas y en otras a tres y quattro, dentro de la que se hallan diferenttes casas de campo que son la de la Luz, Gaette, Ynfantas, Torreherroza, Tozuelo, Carrascal, Burdallo, Torre de la Coraja, Casa de Doña Catthalina, Casillas, Galocha, Pascual Ybáñez, Casa del Rollar, de la Mattilla, Rongil, Martín Rubio, Casa de Casco, Magasquilla y Solamilla, todas las quales anttiguamente eran casas de lavor, donde vivían en tiempo las principales casas de estta ciudad para promoberla y para la esquila de sus ganados lanares y oy esttán las más desierttas y reducidas a panaderías de serranos, de lo que probiene la decadencia y ruina de esta ciudad.”
La capilla es rectangular, tiene nave única con coro alto al que se accede mediante una escalera. Presenta un púlpito de forja en el lado de la Epístola, y un cuadro del siglo XIX que representa la Coronación de la Virgen. Sobre la puerta de acceso a la sacristía, en el muro, en una leyenda en pintura mural reza: “HIZO ESTA CAPILLA A SUS EXPENSAS EL Sº D JUAN BALIA (…) LOAISA CHAVES MAYORALGO ENRRIQUEZ DEL (..) DE SnTIAGO DEL GREMIO Y CLAUSTRO DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA. CANONIGO DE SEGOBIA. YNQUISor QUE FUE DE CANARIAS, LLERENA, CORDOBA Y VALLADOLID Y ACTUALMENTE (…) CONS. DE SU MAGª EN EL QUE (…) REMA Y Gen YNQUISor. HE (…) DE EL Sr. D LUIS (..) LOAISA CHAVES MAYORALGO ENRRI (..) NATURAL DE LA ZIUª DE TRUXILLO Y VECINO DE ELLA S. DE ESTA DEHESA ACABOSE ESTA OBRA EN EL AÑO DE 1768”.
El Altar Mayor lo ocupa un retablo de obra, pictórico, con múltiples motivos vegetales ornamentales, a un lado está el sagrario y ocupando todo el frente una excelente composición pictórica mural que representa en el centro del arco de medio punto La Crucifixión con San Jerónimo y San Francisco de Asís a ambos lados del Crucificado. Cristo une a estos dos santos varones en el espacio y en el tiempo, que siguen las huellas de Jesús. En la iconografía de san Jerónimo penitente vemos a un santo que se hiere a sí mismo, haciendo brotar sangre de su pecho como un Cristo crucificado. En la iconografía de san Francisco de Asís en oración, vemos a un santo que recibe con humildad los estigmas, es herido por los clavos de Cristo sin que él se percate del dolor, arrobado como está en la contemplación de su modelo de vida. Parafraseando a Donald Spoto, podríamos decir que san Jerónimo es el hombre que quiso ser santo, mientras que san Francisco de Asís es el santo que quiso ser hombre. En el intradós del arco, San Juan Bautista bajo una venera; Santo Domingo y angelotes portando algunos símbolos pasionistas como la escalera.
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