Digital Extremadura

PORQUE TE ELEGÍ

OPINIÓN
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Sé de sobra que a efectos prácticos viene a ser lo mismo, pero a veces las ciudades
como territorio (físico y virtual) te escogen y a veces escoges tú a las ciudades. A mí me
ocurrió que escogí.

Durante un tiempo muchos de mis conocidos fueron gente extremeña, simpáticos,
agradables; sintonizábamos. Por entonces yo no lo sabía pero tal parece que lo que vino
después se hubiera ido gestando poco a poco. Y una mañana, suficientemente receptiva,
me encontré con la belleza de las piedras de Cáceres y el aroma romántico de lo
medieval de mis lecturas adolescentes. El relato hecho carne viva, delante mismo.
Aunque hubiera sido preparado, en algunos casos.

Así que venirme a vivir a esta tierra me pareció de lo más natural y auténtico de cuánto
me había ocurrido. No lo pensé mucho. Me llamaron por teléfono, me lo propusieron, pedí
un poco de tiempo para reflexionar y acepté. Y no recuerdo haber preguntado en exceso
por los matices de la oferta.

Todo lo dicho volvió a mi pensamiento el pasado día 8 de septiembre, Día de Extremadura
según las fuerzas vivas de la historia. Yo la elegí para crecer y madurar en ella. Y eso no
sé cuánto tendrá que ver con el extremeñismo sentimental de la fecha, pero sin duda fue
y es una apuesta clara y rotunda de mi libertad que se rebela cuando alguien, no muy
informado, manifiesta que no soy de aquí para decirme esto y aquello…

Siempre me parecieron postizas (aunque comprensibles) las viejas reivindicaciones del
nacimiento, de la procedencia, de los apellidos propios de un lugar. Si la historia no se
entiende sin el conocimiento de las grandes decisiones y sucesos acaecidos, mucho
menos puede comprenderse si se obvia el narrar cotidiano y doméstico de sus gentes.
Que a veces llegaron de fuera para instalarse y trabajar.

Muchas historias pequeñas y personales forman el entramado gigante que explica de
manera genérica lo que hubo, lo que hay y lo que puede haber en un determinado
territorio. Y es ese sentimiento de transcendencia lo que vertebra y relaciona lo que pasó
con lo que pasará sin duda, y produce una relación contínua de permanencia. Por eso me
parecen tan insensatas algunas prácticas, sociales y políticas, de depuración de personas
o hechos porque sin entendimiento del pasado es imposible desarrollar un presente y
prever un futuro (si no en todas sus líneas, en algunas)

A Enrique Morente le preguntaron un día cómo era posible que hubiera innovado tanto los
planteamientos clásicos del flamenco. No recuerdo exactamente las palabras de su
contestación, pero si el contenido: «Lo he podido hacer, porque antes aprendí y practiqué
todos los palos del buen flamenco de siempre». Pues claro. Pura sabiduría gitana. Aunque
él no lo fuera.

Por lo demás, comienza un nuevo curso. En la fábrica y en la escuela (como dirían
algunos). Bienvenidos y bienhallados. Salud, amigos y amigas.


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