Hay dos escuderías este año que me tienen despistado. Toro Rosso y McLaren. Sus bólidos dan una de cal y otra de arena carrera tras carrera. En circuitos que debieran ir bien, van mal, y viceversa.
Gran premio de los EEUU.
Circuito de las Américas, Austin, Texas.
El trazado de Austin no favorecía, en teoría, a ningún monoplaza de McLaren y Toro Rosso. Y menos aun viendo el desastre de ambos hace dos semanas en Suzuka. El circuito tejano tiene dos grandes rectas, buenos desniveles, curvas rápidas… Todo lo ideal para coches con gran potencia. Pero los monoplazas italianos y los británicos realizaron una gran carrera. Me cuesta encontrar una explicación y, analizando detenidamente lo ocurrido durante este año, creo que la encuentro.
En Canadá, un circuito de enormes rectas y tremendas frenadas los McLaren estuvieron dignos. Y algo parecido pasó en Monza y en Malasia. La teoría nos decía que ambos equipos sufrirían mucho en estos trazados pero no fue así. Las fuertes frenadas. Esa es la clave.
Toro Rosso y sobre todo McLaren son capaces de competir con las baterías llenas de carga y éstas se colman frenando. Si el circuito permite que los coches recarguen electricidad a base de frenar tras largas rectas, Toro Rosso y McLaren disponen de potencia suficiente para que no les arranquen la pegatinas. Si, por el contrario, el trazado de turno no deja que la recarga se haga pronto, los monoplazas serán lentos. Esa es la clave: ser capaces de recargar energía eléctrica. Eso sí, cuando esto ocurre, tenemos dos tremendos pilotos que con material inferior demuestran su valía. Fernando Alonso es el mejor, eso ya lo sabemos, y Carlos Sainz es buenísimo.
Pero vamos a la carrera que tuvo tres partes diferenciadas. El principio, el tostón de en medio y el entretenidísimo final.
Mercedes copaba la primera línea, Red Bull la segunda y Ferrari la tercera. Ricciardo salía tercero pero montaba gomas súper blandas cuando los demás llevaban blandas. Buena estrategia para intentar ganar una plaza. Se apaga el semáforo y los dos Mercedes salen bien. Etsa vez Hamilton no la pifió.
La clave en Austin es llegar por dentro a la primer curva a izquierdas. De esta manera tomas la amplia segunda curva a derechas por fuera llegando a la tercera a izquierdas por dentro que es el sitio bueno. Así lo hizo Ricciardo. Le ganó el interior a Rosberg en la primera curva y llegó a la tercera segundo. Mal empezó Verstappen, superado por los dos Ferrari. Sainz y Alonso estaban en zona de puntos.
Se va aclarando la carrera y en la vuelta nueve entran al primer cambio Kimi y Max para intentar un adelantamiento estratégico. Esto provoca el baile. En la siguiente vuelta lo hace Rosberg que pone medios (los duros de esta carrera). A Hamilton le ponen blandos que era la estrategia normal para el primero. Bien Mercedes. Fernando hace el cambio cuando circulaba octavo pero le devuelven a pista con mucho tráfico. El asturiano lanzó por radio un tirón de orejas al equipo.
Cuando todos los coches habían cambiado sus zapatos pudimos ver algún buen adelantamiento pero nada más. Hamilton mandaba con Ricciardo segundo y Rosberg tercero. Vettel, el llorón, iba retrasado, lastrado, una vez más por una mala decisión táctica de su equipo que le dejó en pista quince vueltas con súper blandos, lo que le hizo perder mucho tiempo. En Ferrari solo piensan en el 2.017. Fernando y Carlos rozaban los puntos, al igual que Button que partió desde la penúltima línea. Los McLaren iban bien. “Que emocionante se pondría esto con un coche de seguridad”, piensó. Dicho y hecho. Verstappen rompe, coche de seguridad en pista y permiso para cambiar neumáticos.
La batalla del descontrol la gana Mercedes y Rosberg se pone segundo. Todo decidido por delante pero por detrás venía lo bueno.
Carlos Sainz iba quinto haciendo una carrera tremenda. Le acosa Massa con su Williams motor Mercedes. Sainz se defiende perfecto. El brasileño no sabe por donde atacar. Y Fernando empieza a ver a ambos. El gran premio acababa y los tres estaban en un segundo. Que disfrute. Alonso tira el McLaren al interior de la curva uno, Felipe cierra trayectoria y se tocan. No pasa nada. Fernando sale airoso del envite y se pone sexto. Vuelta y media y Carlos Sainz a un segundo.
Gana Lewis, Rosberg segundo, Ricciardo, Vettel. Y aparece Fernando quinto y Carlos Sainz sexto.
Menudo final de carrera. ¡Qué bueno es Fernando Alonso!
Próxima estación, Mexico.
Así va el mundial: