Pasó la temporada taurina, con los ciclos de Olivenza, Castellón, Valencia, Arlés y Sevilla. Madrid, Pamplona, Bilbao, Málaga , Logroño, Salamanca, Valladolid etc. Las combinaciones de toros y toreros que las conformaron fueron idénticas, con los mismos espadas, faltó variedad y novedad. Por otra parte, las entradas fueron elevadísimas en sus precios, y, estuvieron como la vida misma. En cuanto a los honorarios de los toreros, perdemos la noción aritmética para pasar a la geométrica. Los empresarios dicen que no pueden rebajarlas más, ya que el IVA, la radicación de las plazas, los facultativos y demás gabelas, hacen que los costes de cualquier festejo estén por las nubes.
En nuestra Extremadura, se dieron menos festejos que en temporadas anteriores. Para colmo, en Cáceres no hubo corridas de toros, ni novilladas, y, todo se lo debemos a nuestros ediles, que nada hicieron por la misma.
Solo la edad nos trae la serenidad de visión que permiten enjuiciar de modo objetivo. A los interlocutores a la hora de confeccionar los carteles entre empresarios y toreros, al no haber conjunción de buenas voluntades. La perjudicada es la Fiesta. De lo contrario, si las cosas siguen en su estado actual los toros decaerá más y de temer es (aunque me resisto a creerlo) que con el tiempo lleguen a desaparecer, en Cáceres. Para satisfacción de un minúsculo grupo de cacereños que no le agradan la Fiesta más Española de todas las fiestas.
De ahí, que ahora, quiera dar mi opinión sobre ¿ a quién le importa el futuro de la fiesta?
Comprendo la postura de los toreros después de las desafortunadas palabras pronunciadas por Canorea (excelente maestro en el arte de conversar), hace tres años, que ha propiciado ese choque de intereses y valores que en el toreo se concitan al verse herida, dolida, maltratada y falta de respeto a unos profesionales, por lo mismo, en Sevilla. Decidieron cinco figuras del toreo no actuar en los últimos años. Para este curso ya están anunciados y harán el paseíllo los maestros: Manzanares, El Juli, Morante, Perera y Talavante.
Yo recuerdo haber leído en mi época de universitario (l973 aproximadamente) una de las muchas sentencias, escrita por Vicente Zabala, decía: “Soy consciente de que vais a pasar a los anales como la generación de taurinos que más plazas ha cerrado en la historia del toreo.
Los imperativos categóricos, morales, sociales y económicos que imponen al hombre determinadas reflexiones deben actuar en este caso para el bien de la fiesta.
Precisamente por ello, en esa línea de reflexiones y sentimiento, por su comprobación diaria del imperfecto mundo de los hombres, la verdad absoluta pocas veces se produce.
Nada más quiero ni puedo añadir. Solamente dejar patente que como aficionado me produce un profundo respeto, admiración y afecto ambas partes (empresarios y toreros) por todo lo bueno que puedan aportar a este variopinto mundo de los TOROS.
Ahora, cuando salgan estas líneas, todavía no se sabe quién será el gerente que se encargue de organizar las combinaciones de de toros y toreros que configuren los carteles taurinos de San Jorge y San Fernando.
Servidor, que, por edad , conoció por primera mano los magníficos carteles de ambas festividades en los tiempos pretéritos, se le hace muy cuesta arriba ver los conductos por lo que actualmente la Fiesta atraviesa en nuestra ciudad. Me gustaría que esta volviera a ser lo de antes. Con unos carteles que sean capaces de ilusionar y cambiar el rumbo decadente que hn tomado estos últimos años.