NOCHEVIEJA

[Img #54145]Por NOCHEVIEJA, cuentan en la comarca de LAS HURDES que sale de su cueva LA DENTONA.  Es medio bruja y medio vieja, medio huraña y medio loca, medio espanto y medio histriónica.  Se envuelve en sobadas pieles de macho cabrío o de venado y lleva en una mano una garrota de encina, y en la otra un fardel en los que deposita los regojos de pan, las castañas “pílah” (descascaradas y completamente blancas) y otras limosnas que les entrega la gente.  Solo tiene doce enormes dientes en su boca, que, al parecer, son los doce meses del año.  A lo largo del día, se le van cayendo.  Cuando se queja de que ya “no puedi royel lah cahtáñah”, es que solo le queda un diente.  La gente le pide que abra la boca y ella, riéndose sarcástica y temerosamente, enseña la oscuridad de su gruta bucal, donde, efectivamente, solo aparece una lengua larga y roja como el fuego (por eso también la llaman algunos “La Lengüeratúa”) y las “enjívah” (encías) mondas y lirondas.  Solo un colmillo descomunal y amarillo aparece aferrado a la mandíbula.  La noche se echa encima y, al saber La Dentona que solo le queda un diente, escapa precipitadamente a su guarida, situada en lo más profundo de las penumbrosas montañas  y allí se echa a dormir, aletargándose hasta la próxima Nochevieja.  Mientras duerme, le vuelven a nacer los once dientes que le faltan.  Refieren que si en esa fecha perdiera el diente que le queda, entonces vendrá sobre la tierra el fin del mundo.

 

[Img #54146] En otros pueblos de la misma comarca hablan de LA UJEROSA, personaje parecido a La Dentona, pero que, en vez de doce enormes dientes, tiene doce ojos grandes y saltones.  Sin embargo, ya no contamos más.  Nuestros buenos amigos e informantes jurdanos: TÍO RAMÓN BRAVO BEJARANO, que fue un genial tamborilero del pueblo de EL CABEZO, y LEONCIO PUERTAS BARBERO, del concejo de PINOFRANQUEADO (suegro y yerno respectivamente), cuando les preguntaba que me contaran más cosas, me respondían: “No, ya no te dicímuh máh, c,antóncih sábih máh que nusótruh”.  A Tío Ramón le conocí cuando venía a casa de su hija Aurora, casada con Leoncio, conserje que fue del Hogar-Escolar de Nuñomoral, en el propio corazón de Las Hurdes y donde comencé a dar mis primeros pasos pedagógicos entre un montón de chavalillos jurdanos, que ya espigaron y que siguen siendo mis grandes amigos.

 

[Img #54149]Por eso, en recuerdo de aquellos dos grandes amigos míos (no sabemos por qué galaxias andarán sus polvos cósmicos), ya no cuento más cosas.  No quiero que sepáis más que ellos.  Pero ello no quita para que OS DESEE UNA FELIZ NOCHEVIEJA y ¡ojo con el turrón duro de Castuera!, no siendo que os pase como a La Dentona.  Y para el venidero año…, pues todos aquellos deseos que ya expresé cuando os felicité las Pascuas Navideñas.

 

Vayan, en esta ocasión y de modo especial, mis efusivos abrazos y mis más sinceras congratulaciones para mis preclaros amigos JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO y ÓSCAR DE SAN MACARIO SÁNCHEZ, conspicuos investigadores de nuestras tierras extremeñas y que ayer me hicieron el hermoso regalo de dos libros suyos: CASAS DE DON ANTONIO: UNA MANSIÓN EN LA VÍA DE LA PLATA y HERGUIJUELA: VILLA HISTÓRICA DEL CONDE DE LA CALZADA.  Todo un magnífico compendio de Intrahistoria, que bien merece tenerlos en nuestras humildes bibliotecas.

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¡¡QUE LLEGUÉMUH A OTRU AÑU CON LA SALÚ D,OGAÑU!!

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NOTA: Os ruego no me enviéis  JAMÁS esos “GUASAS” que están tan de moda.  Si me habéis enviado alguno últimamente, os agradezco me lo trasladéis a mi correo electrónico o a mis mensajes en Facebook.  Puede que sea una deformación profesional, pero me ponen de los nervios los alumnos que, pese a la prohibición de llevar móviles al instituto, a la mínima de cambio están metiendo la mano en el bolsillo para teclear el dichoso artilugio.  Luego, en los recreos, muchos parecen zombis autistas.  Y en sus pueblos, en vez de estar cultivando las mil posibilidades que les ofrece el entorno rural, solo se apiñan alrededor de los espacios donde hay “wifi”, para cliquear sin descanso sus aparatitos cibernéticos. Odio el “guasa” y a la madre que lo trajo.  Gracias por ello.

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