Carmona ha acogido los días 17 y 18 de julio el Kick Off Meeting de “Life Resilience: Prevention of X. fastidiosa in intensive olive & almond plantations applying productive green farming practices”. En este encuentro se ha puesto en marcha el proyecto que pretende buscar prácticas sostenibles y productivas para la prevención de Xylella Fastidiosa en las plantaciones de olivar y almendro en intensivo.
El principal objetivo de este proyecto, que cuenta con un presupuesto total cercano a los tres millones de euros, es, por una parte, conseguir desarrollar unas variedades de olivo que sean lo más tolerantes posible a la Xylella Fastidiosa y a otros patógenos, y por otra implantar prácticas sostenibles que contribuyan a prevenir la propagación de la bacteria y aumenten la resistencia hacia brotes de plagas y patógenos. Así se minimizarán las pérdidas que hasta ahora conlleva tener una plantación infectada, lo que supone talar todos los árboles de la plantación alrededor del ejemplar infectado,
El consorcio que compone este proyecto agrupa a empresas e instituciones de España, Italia y Portugal siendo los socios del mismo: Galpagro, la Universidad de Córdoba, Agrifood Comunicación, Agrodrone y ASAJA Nacional. Además, Life Resilience cuenta con la participación de Nutriprado y SAHC-Sociedad Agrícola de Herdade do Charqueirao, S.A. en Portugal; y las entidades italianas Gruppo Salov y el Istituto per la Valorizzazione del Legno e delle Specie Arboree (IVALSA), perteneciente al Consiglio Nazionale Delle Ricerche de Italia.
Agrodrone aportará a la lucha contra la Xylella las ventajas que la agricultura de precisión proporciona en el seguimiento, evaluación y control de los cultivos. “Podremos tener un conocimiento detallado, cuantificado y exacto de las distintas zonas de las fincas. En concreto realizaremos una caracterización de los suelos mediante sensores de conductividad eléctrica y posteriormente se analizarán mediante imágenes de satélite y dron, para identificar a evolución de los vectores detectados”, ha afirmado Rafael Fortes, director técnico de la empresa extremeña.
El proyecto pretende demostrar que con mejores prácticas sostenibles y tecnologías se puede reducir el consumo de agua y la huella de carbono, aumentar la biodiversidad y la resistencia a las plagas de patógenos sin comprometer el rendimiento; partiendo de un control biológico de los vectores en el entorno de las plantaciones. Todos los procesos que se llevarán a cabo durante el proyecto van orientados a aumentar la resiliencia del sistema, la calidad y la sostenibilidad ambiental.
De esta manera se buscará un modelo replicable de mejores prácticas para el olivo y almendro, así como otros cultivos leñosos, cítricos y vid en Europa, aumentando su capacidad de adaptación al cambio climático y futuras epidemias.