real madrid
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Anticipo que soy madridista por la gracia de Dios y de mi padre. Aunque cuando era muy pequeño fui del Barça. El motivo era que tenía unos tíos muy queridos que vivían en Barcelona y me tiraba esa ciudad. Claro que por entonces el Barça no era “más que un club”, era simplemente un equipo de fútbol de los más potentes de España, reflejo de una región pujante como Cataluña y al que sólo podía superar, y no siempre, el Real Madrid.

Pero un día mi padre que decía que era del Betis, aunque en el fondo era madridista del todo, me llevó al Santiago Bernabéu para presenciar la Copa Latina del año 1957. Tenía yo 11 años. Participaban además del Real Madrid, el Benfica de Lisboa, el Milán y el Saint Étienne francés. El fútbol primoroso desarrollado por el Real Madrid con Di Stéfano como director de orquesta y con figuras como Kopa, Rial o Gento me hizo apuntarme a los colores blancos y desde entonces soy madridista para lo bueno, casi todo, y para lo malo, a veces perdemos.

Casi todas las grandes obras tienen detractores y el Real Madrid que creo que es el mejor club del mundo por el número y la importancia de los títulos ganados a través de su historia, no iba a ser menos. La cosa se ha ido acrecentando con el tiempo y ahora existe una potente corriente anti madridista que no es capaz de reconocer los éxitos merengues.

También el anti madridismo es incapaz de apreciar los valores que propugna el club blanco como son la capacidad de lucha y sacrificio, no darse por vencido, aunque las cosas se tuerzan y competir en un partido hasta el pitido final del árbitro.

En numerosas ocasiones el Real Madrid cuando parecía derrotado o eliminado de una competición ha resurgido de sus cenizas y dado la vuelta al marcador. A sus valores une el saber perder, que es tan importante como el saber ganar. Y creo que normalmente el Madrid ha sabido reconocer la victoria de los equipos que le superan.

Otra cuestión que siempre ha tenido a gala el Real Madrid es el llevar junto a su escudo la representación de España como nación. Y por eso es conocido en todo el mundo y es uno de los equipos que más seguidores tiene fuera de España. He visto camisetas blancas por Europa, Asia y América y hasta en los campos de refugiados saharauis en Argelia.

Su historial suscita envidias de la corriente anti madridista. Envidias acompañadas a veces de un odio que no cesa. Durante el franquismo esta corriente detractora argumentaba que el Madrid era el equipo del régimen. Si esto hubiera sido así no tendría que haber vencido en las 6 Copas de Europa que conquistó, puesto que la dictadura de Franco no era bien vista en Europa. Habrían ido a perjudicar al Madrid según aquellas malévolas tesis. Pero es que resistirse al juego de Marquitos, Santamaría, Sanchís padre, Kopa, Di Stéfano, Rial, Puskas o Gento, con porteros como Juanito Alonso o Vicente no era fácil. Y Europa que apreciaba el deporte se rendía ante este equipazo. No le quedaba más remedio.

Ya en la democracia el Real Madrid, que según la cofradía anti madridista era el equipo de Franco, a pesar del Villarato, del Rubialato y del Ceferinato, sigue triunfando en España y en Europa. Ligas, Copas del Rey, Supercopas de España y Europa y 14 Champions League, avalan al mejor equipo de todos los tiempos. No hay equipo en el mundo que le iguale.

Pues bien, algunos medios de comunicación que subsisten gracias a las noticias que genera el Real Madrid, sin las cuáles habrían quebrado hace tiempo, si es que no lo están ya, siguen negando al equipo el pan y la sal. En todos los partidos hay situaciones conflictivas y siempre, según ellos, el Madrid gana por los árbitros. Por los de España y por los de Europa.

En todos los partidos que juegan los blancos estos medios ¿quién los financiará? tratan de empañar la victoria del Real Madrid argumentado que las manos no son penalti, que el empujón fue muy leve y no tenían que haber pitado la pena máxima a favor del Madrid. Que en un partido reciente le han pitado tres penaltis a favor y se olvidan de que poco tiempo antes le pitaron tres en contra. Y así tarde tras tarde. Y si no, ante la falta de argumentos, recurren a que el Madrid tiene suerte y a las flores de los entrenadores. Según ellos las tienen Zidane y Ancelotti.

Pero como la verdad se impone, toda esta “torcida” anti madridista debe estar rabiando con los triunfos del equipo merengue. Sigue triunfando incluso cuando se le da por muerto.

Las eliminatorias últimas contra el Manchester City y el Bayern Munich ha sido otro momento histórico, y Guardiola, Tuchel y sus jugadores deben de estar dando vueltas todavía a cómo han sido eliminados por un equipo y una afición que luchan hasta el último minuto.  Y al que nadie, nunca, debe dar por muerto, como sentencia Ancelotti.

Todo el anti madridismo militante al que se unen también fuerzas políticas antiespañolas vociferan contra la imparable trayectoria del equipo. Y como la misma está orlada de triunfos toda esta cofradía de frustrados, debe de estar pasándolo realmente mal y reconcomiéndose en su odio al equipo merengue.

 Así que Hala Madrid. Apliquemos los madridistas el consabido dicho del Quijote: Ladran, luego cabalgamos.

Ya lo anticipó Don Santiago Bernabéu que era un sabio: el Real Madrid obtiene muchos triunfos y eso no se le perdona.


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