caceres
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¿No conocéis el Intramuros? No. Arribem ahir a la nit.  Llegamos anoche. ¿Desde dónde? De Barcelona. Ah, benvinguts, entonces. Gracies. Vindràs amb nosaltres?. Naturelment, contesto en francés. Unas palomas bravías merodean por los escalones hacia los arcos municipales. La campana tañe en Santo Domingo.

Parados los viajeros, escuchan: “In mense aprile in festo Sancti Georgii”. ¿San Jordi? San Jorge, el de Capadocia. Estamos ante el Arco de la Estrella. ¿Por qué San Jordi? Insisten. En abril de 1229 vino el rey leonés a fundarnos la patria, Alfonso el Noveno, primo del Octavo, el de Castilla. Atended: mucho antes los hombres vinieron a este collado. Mirad: al norte el arapil de la Sierrilla; al sudeste las Vargas de la Sierra de la Mosca, La Montaña, el santuario.

¿El paleolitic?, pregunta el catalán. Claro. Ahí cerca,  Maltravieso, a un tiro de ballesta. Debajo había/ hay agua, el Calerizo. Cuevas del Conejar y de Santa Ana. Y Roma. Castra Servilia, Castra Caecilia, Norba Caesarina. ¿Vosaltres sou romans? Romanos hasta el tuétano. Cayo Norbano Flacco y Lucio Cornelio Balbo fueron nuestros patronos. Venga, vamos a entrar. Atended.

¿Qué prefieren los visitantes? Despacio. Rodearemos el centro y entraremos de costado. Circunvalemos, que Dios dirá. Vamos adarve arriba tras pasar la puerta de Churriguera, la sosquinada, rareza donde las haya, con su hornacina y su Virgen de la Estrella. ¿Quina torre és aquesta? Inquiere la dama catalana. La de los Púlpitos, cristiana, cuadrada, granítica, con sus saeteras, torre de defensa. ¿I aquesa altra? La de la Yerba. Esa es  mora, almohade.

¿Aquí van estar els moros? Claro, ¿de dónde si no Qazris? Hasta que llegó el noveno Alfonso y se retiraron. Alguno quedaría. Ahí atrás está la calle de Moros, hoy Margallo. A Don Américo Castro le gustaría eso: cristianos, moros y judíos. Vamos adarve arriba. Al aire de esas palmeras nos llega el cénit del día. Cielo azul de estratos altísimos. ¿I aquesta torre? La del Horno, albarrana. Para parar al enemigo que viniera  del norte o de poniente.

Mirad ahí, detrás del paño muralla, el Ayuntamiento. Os cuento. Hubo una vez un mercado de abastos y del vano de una pared sacaron una piedra milenaria con una inscripción: L CORNELIO / BALBO. IMP / C. NORB. CAESA / PATRONO. El matrimonio catalán nos escucha expectante. ¡Mare de Deu, quins antics sou!  Un sabio cacereño, D. Antonio Floriano, dijo que otro sabio del siglo XVIII, Don Simón Benito Boxoyo,  halló un fragmento de arquitrabe que decía: COL. NORB. CAESARIN.

Sigamos, sigamos.  Casa palacio Adanero ahora, antes Ovando, Mogollón; puerta almohadillada de resonancias itálicas. Mirad: he estado ahí dentro. Vida de principios del siglo XX, tal cual se detiene el tiempo; salas azules, rojas, sala de armas. Hay que detener el devenir de los siglos. ¿M´enteneu? ¿Me entendéis? Al otro lado de la casa Adanero, la Mudéjar, mil trescientos…ventana geminada. Per aquí se sent l´eternitat. Los viajeros catalanes miran absortos casas y calles. El pálpito del tiempo se va colando, suave, en su entendimiento.

¿Veis? En ese ángulo, el que forma el adarve y la Puerta de Mérida dos casas importantes. ¿Os lo cuento? Sí, es clar; pero ja ¿no podriem prende alguna cosa? Ahora tomaremos algo en el Parador; pero antes fijaos: el Hospital de los Caballeros,  su portada adintelada con modillones y esa bellísima ventana de arco conopial. Cosas del siglo XVII. Ahí, más allá, la Enfermería de San Antonio, luego Colegio para Damas Carmelitas, y hoy casa de la comunidad de monjas jerónimas, las que nos endulzan la vida desde su cocina. ¿Podem comprar algún dolç?

Podremos, sin duda. Ahora nos apoyamos en el muro de la Casa Delgadillo, y nos arroba e inquieta un escudo con inscripción: “Non habemus hic civitatem manentem sed futura inquirimus”. ¿Qué quiere decir? Algo así como que no deseamos esta vida sino que buscamos la vida futura ¿La vida eterna?

Calle Ancha. Subimos. Hemos tomado un refrigerio en la cafetería del Parador Hospedería del Comendador de Alcuéscar. Y llegamos a la cima. Plaza de San Mateo. “Bishmil lahi al rahman al rahim” En el nombre de Alá, el clemente, el misericordioso. ¿Oís la campana, amigos catalanes? Esta es la solemnidad del tiempo: la Eternidad. ¿Se elevarían desde aquí, antes de estos muros, las suras del almuédano, llamando a la oración? Dicen que San Mateo está sobre la antigua mezquita. Dicen. Allí enfrente, el Museo Casa de Las Veletas y abajo, el aljibe. Ya lo veremos.

Mirad, en este altozano se siente el tuétano, el núcleo de esta conjunción de tiempos y edificios. El matrimonio de turistas se asoma a la bocana de la cuesta de la Compañía y el viento del llano les ilumina la mirada. Mai  no imaginem que acariciarem l´eternitat en una ciutat a l´altra banda de la península. Moltes gràcies, amic.

Repica, tenue y eterno, el esquilón del recatado convento de Santa Clara.


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