Rómulo Peñalver, 22 de abril de 2025.- Este martes, 22 de abril, más de 3.200 personas —y 26 dragones— inundarán las calles de Cáceres para celebrar la leyenda más arraigada del alma cacereña: la de San Jorge y la princesa Mansaborá.
Desde la Ronda de la Pizarra hasta la Plaza Mayor, la ciudad se convertirá en un teatro al aire libre donde la historia, la fantasía y la participación ciudadana se entrelazarán en un desfile único en el país. Una larga serpiente multicolor formada por colegios, asociaciones y familias cruzará arterias como Isabel de Moctezuma, Antonio Hurtado o Gran Vía, con paradas sensibles y conscientes: tramos inclusivos sin música para personas con sensibilidad auditiva, y zonas preferentes para personas con movilidad reducida. Porque la fiesta, más que nunca, es de todos.
Como novedad este año, una pantalla gigante en la barriada de San Blas permitirá a los más pequeños seguir la representación final. Porque el clímax no llega hasta las diez de la noche, cuando el fuego y la palabra toman la Plaza Mayor para contar, una vez más, cómo un dragón fue vencido por la valentía y el amor.
La representación teatral, con texto original del dramaturgo extremeño Miguel Ángel Latorre Caballero, contará con trece actores principales y un elenco coral de hechiceras, soldados, bailarinas y caballeros cristianos. Todo con el aliento del dragón municipal —una bestia de catorce metros de largo— y la fuerza visual de la pirotecnia y la esgrima escénica. La leyenda no es solo contada: se vive, se combate, se conquista.
Y como si la épica necesitara un epílogo travieso, tras la quema del dragón comenzará el peculiar juego de las gallinas escondidas: dos aves simbólicas que, camufladas en rincones de la parte antigua, esperan a sus cazadores urbanos con 200 euros bajo el ala.
Pero San Jorge no se limita a una tarde. El patrón cabalga durante toda la semana: visitas a los niños ingresados en pediatría del Hospital San Pedro de Alcántara, talleres de títeres y cuentos en Valhondo, bailes, procesiones, conferencias, exposiciones patrimoniales como la del libro histórico de la cofradía de San Jorge del siglo XVI, y actividades deportivas que van del fútbol chapa al tiro con arco, pasando por el Concurso Nacional de Saltos del club hípico Monfragüe.
La ciudad se engalana también en el cartel oficial de la diseñadora Paloma Paniagua, que ha transformado a San Jorge en un guardián de tejados y al dragón en una sombra protectora, más compañero que enemigo. Quizá porque en Cáceres, la leyenda no es una batalla entre el bien y el mal, sino una forma de recordar que juntos, pueblo y mito, seguimos vivos.
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