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Carolina Yuste, protagonista en «La Infiltrada», una película más sobre ETA y sus consecuencias

CULTURADESTACADA
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Cáceres, 9 de octubre de 2024. La actriz pacense Carolina Yuste protagoniza «La Infiltrada», un thriller basado en la historia real de Aranzazu Berradre Marín, la única mujer policía que logró infiltrarse en ETA. La película, que se estrena este viernes, llega a los cines con un marcado acento extremeño.

Yuste, ganadora de un Goya a la mejor actriz de reparto por «Carmen y Lola» (2019) y de un Premio Gaudí a la mejor protagonista femenina por «Saben aquell» (2024), se pone en la piel de una joven agente que con tan solo 20 años se adentra en la banda terrorista durante ocho largos años. Su valentía y sacrificio fueron claves para desarticular el Comando Donosti y descubrir la tregua trampa de ETA en 1998.

La historia real tras ‘La infiltrada’

Su auténtico nombre era Elena Tejada aunque, durante ocho años, tuvo que contestar cuando la llamaban Aranzazu. A los 20 años, y ya en la policía, Tejada hizo sus primeros contactos con ETA a través de la izquierda abertzale. De todos los infiltrados por las fuerzas del orden, Elena Tejada es la única mujer y la única persona que llegó a convivir con dirigentes de ETA en un piso.

Su infiltración, nacida bajo el paraguas del Movimiento de Objeción de Conciencia, la obligó a suspender todo contacto con su familia. A efectos prácticos, se vio obligada a ser Aranzazu Berradre Marín durante casi una década de su vida, con el peligro que esto implicaba. No sólo podía ser descubierta en cualquier momento, sino que la participación en un asesinato o su detención la habría llevado a la cárcel.

Esencial para debilitar al Comando Donosti, Aranzazu dejó que fuese ETA la que diese el primer paso y le ofreciese unirse a la banda terrorista. Gracias a ello, Aranzazu dispuso de un piso, microfonado por la policía, por el que pasaban altos dirigentes de ETA y en el que se captó información sensible contra la organización vasca.

Tras los arrestos que propició su trabajo, Aranzazu tuvo que desaparecer. ETA no tardó en conocer su auténtico nombre, aunque jamás se ha sabido cuál es su paradero actual.


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