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Celebrada la V edición del kilómetro vertical Las Hurdes

DEPORTES
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Una agria subida por los serrejones jurdanos de 4,3 kilómetros y 910 metros de desnivel positivo.  Allá por el antiguo concejo de Río Malo o de la Ribera, hoy conocido como concejo de Ladrillar, un topónimo extraño a los terrenos de Las Hurdes, ya que el ladrillo no fue elemento constructivo conocido hasta épocas recientes.  Por algo, en los viejos legajos se habla de El Adrillal, que es cosa muy distinta y que bien merece una página filológica aparte.

Trepando, casi gateando, por la epidermis pizarrosa de la montaña más majestuosa de la comarca (1622 metros): el macizo del Rongiero, dentro de la sierra de La Canchera y que los jurdanos conocen familiarmente como “El Montón de trigo”.  Impresionantes paisajes, donde la salvaje naturaleza camufla rocosas covachas en las que la gente de la Prehistoria dejó para la posteridad huellas pictóricas con antropomorfos, cérvidos y extrañas simbologías.  Y si la jornada se presenta borrascosa, como fue la del pasado domingo, día 8 de abril, con temperaturas invernales y el agua azotando las musculaturas, más meritorio se hace el recorrido entre el Rongiero y el “Piquitu del Moru”.  Meritorio y con un toque a caballo entre lo romántico y aquellos ecos de los pastores-guerreros que habitaron estas cordilleras en tiempos pretéritos.

Sería el hijo del pueblo salmantino de Candelario, Guillermo Ramos, el que se adelantar al resto, alcanzando la meta en un tiempo de 38:23 minutos.  Le siguió en el ascenso, con 49:41 minutos, la extremeña de Aldeanueva de la Vera, Vanesa Ortega.  En tercer lugar, Carmen Penco, con 53 largos minutos, del Club de Atletismo “La Serena”.

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Pistoletazo de salida.

EL 2X1 DE LAS HURDES

Óscar Campos nos cuenta que el Kilómetro Vertical de Las Hurdes goza de gran renombre porque al recorrido de los 4,3 kilómetros suma una parte segunda: la conocida como “Premio Tío Picho”, haciendo mención al patriarca jurdano Anastasio Marcos Bravo, al que todos los jurdanos y los de fuera de la comarca conocían como “Tío Picho”, hijo de la alquería jurdana de Las Mestas.  Patrocina el premio el más pequeño de los vástagos de este patriarca, Anastasio Marcos Domínguez, al que todos le dicen “Tasito” y que regenta la “Casa de la miel” en la citada alquería, a la vez que comercializa, bajo la denominación de “Productos Tío Picho”, numerosos derivados de la miel y el polen del territorio jurdano.

Esta parte segunda permite al corredor completar un recorrido más extenso, después de coronar la vertical.  Un trayecto de 17 kilómetros y 1900 metros de desnivel positivo.  El puesto más alto en el pódium se lo llevó el mentado corredor Guillermo Ramos.  Detrás, el también salmantino Álvaro García.  En tercer puesto, el cacereño José Luis Batuecas.  Con los gemelos bien engrasados, los atletas bajaron hasta el pueblo de Ladrillar y, luego, hubo que sudar la gota negra en una mañana gélida y azotada por la ventisca al ascender  por el “Collado de la Grajera” y el “Altu de la Cotorra”.  Dentro de la modalidad femenina, los tres primeros puestos fueron, respectivamente, para María del Castillo Calles, Lidia de la Calle y Yolanda García.  Más de tres horas de carrera, en un recorrido valorado como “muy exigente” y bajo unas condiciones meteorológicas adversas.

Añade Óscar Campos, además, que la jornada contó con la segunda edición del Medio Kilómetro Vertical de Las Hurdes.  Dicha prueba permite iniciarse en la modalidad de las Verticales, siempre con menos distancia y desnivel, formando parte del Circuito de Naturaleza y Deporte de la Dirección General de Deportes de la Junta de Extremadura.  Se alzaron con los laureles Teo Clemente y Teresa Alonso.


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