Construir una piscina en casa implica invertir una gran cantidad de tiempo y presupuesto. Por esa razón, muchos están optando por adquirir una piscina previamente fabricada y que solo se requiera su instalación. Conoce todo lo que necesitas saber antes de decidirte por una piscina de este tipo.
¿Construir una piscina o comprar una prefabricada?
Cuando se acerca el verano es común desear ir a la playa o una piscina para refrescarse. De hecho, quienes pueden deciden invertir en crear un espacio en casa para el entretenimiento con piscina. ¿Es mejor construir una piscina en casa o decantarse por una piscina que ha sido fabricada con antelación?
Las piscinas prefabricadas se han vuelto populares porque no requieren de una obra de construcción. Entonces, te evitas tener un grupo de trabajadores rondando tu casa durante varias semanas.
Esta clase de piscinas además genera una menor inversión, tanto en lo que tiene que ver con su instalación como en su mantenimiento. Por lo general, en menos de cinco días podrás tener instalada tu piscina, evitándote los inconvenientes de una obra de construcción. Además, te ahorras hasta un 40 % de lo que gastarías al construir una piscina de obra.
Si te has decidido por una piscina prefabricada, debes tener presente algunos aspectos importantes. Por ejemplo, las dimensiones de la piscina, cuánta profundidad tiene, si incluye accesorios. Además, tendrás que comparar estos parámetros con el espacio que tengas en casa para ubicar la piscina.
Afortunadamente, estas piscinas que se fabrican para solo instalar tienen un aspecto atractivo: su versatilidad. Pueden ubicarse en cualquier lugar libre, sea un jardín, balcones o terrazas. Por lo tanto, puedes adquirir con confianza uno de estos artículos para comenzar a disfrutar del verano.
Piscina fabricada: ¿De qué están hechas?
Las piscinas que se fabrican y se disponen tan solo para su instalación están fabricadas en diversos materiales. Tejidos de Moda de poliéster son algunos de los materiales que se utilizan para su fabricación, también la fibra o la resina de poliéster. Estas son las piscinas más populares; no obstante, también están las hechas en liner o acero.
Las piscinas que se hacen con fibra y poliéster son artículos que generan menor gasto, pues requieren de menos mantenimiento. Se adaptan de manera óptima a cualquier tipo de clima, lo que asegura que tendrán una vida útil mayor.
Por otro lado, las piscinas que han sido hecho hechas con acero y liner son un intermedio entre las prefabricadas y de obra. Son un poco más costosas que las anteriores, pero son especiales para colocar en terrazas, pues pesan poco. Además, son piscinas con mejor acabado y resultan ser más duraderas aún que las hechas con poliéster.
También hay piscinas hechas de madera que se instalan sobre el suelo e incluso pueden enterrarse. Son muy resistentes, pero requieren de mucho mantenimiento, más que las hechas de hormigón. Otro aspecto a considerar a la hora de planificar la construcción de una piscina prefabricada es la decoración del espacio que la rodeará. Es recomendable dejar una zona para hamacas cerca del agua y, si tienes suficiente superficie, un espacio con una mesa y sillas para descansar a pocos metros de la piscina. Si quieres darle un toque personal a ese espacio no dudes en visitar Tejidos de Moda y explorar sus cientos de telas, ideales para elaborar un mantel para tu mesa exterior.
¿Cuáles son los inconvenientes de estas piscinas?
Hasta ahora hemos hablando de los beneficios de estas piscinas, por los cuales se han vuelto cada vez más populares. Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen algunas desventajas de comprar una piscina prefabricada.
Las piscinas de obra requieren de una estructura que involucra materiales como el concreto, que hacen más resistente a estas instalaciones. En el caso de las piscinas que se prefabrican no amerita esta clase de materiales. Aunque se hacen con materiales resistentes, hay riesgos de que se presenten algunos inconvenientes.
Por ejemplo, estas piscinas pueden presentar fugas de agua que terminan dañando el piso donde se instalen. Además, esta clase de fugas termina incidiendo de manera importante en gastos de los servicios mensuales como el agua.
Otro problema que presentan estas piscinas es que tienden a doblarse y cambiar su estructura. Por eso, hay que tener cuidado en la superficie que soportará sea de un material adecuado. En los pisos de grava hay menor probabilidad de que se altere la estructura de una piscina. No pasa lo mismo con los suelos arenosos que ejercen presión cuando se mojan y expanden.
Por último, el acabado de esta clase de piscina también puede alterarse con manchas y grietas producto del paso del tiempo. Entonces, no solo afectará la apariencia sino que a la larga puede generar mayores problemas con la piscina.