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Cortés 500 años después ¿debemos conmemorar su conquista de México?

OPINIÓNCULTURAEXTREMADURA
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 Sí, estrechando los vínculos fraternales, como la lengua, la cultura, la religión y la cooperación para el presente y futuro.,

El contexto internacional de anticolonialismo visceral y ciego y del neo-racismo anti blanco y antiespañol,  con el derribo de estatuas de Junípero Serra, Colón, Cervantes   no parece el escenario más propicio para hacer memoria de estos centenarios. “En México no hay estatuas a Cortés que derribar”, como expresa el historiador mexicano Enrique Krause, pero el gobierno tiene vigilada la capilla donde reposan los restos del extremeño Cortés, para que no sea profanada su sepultura. El debate polémico sobre este V Centenario lo inició el 24 de marzo de 2019 el Presidente mexicano López Obrador con su carta al Rey y al Papa, solicitando que se “pida perdón a los pueblos originarios de México por los abusos cometidos durante la Conquista”. Su exigencia motivó cientos de protestas irascibles y un debate abierto, como puede entreverse en mi carta al Hoy ( 30-3-2019) En México se hará memoria del V Centenario derrota del emperador azteca Cuauhtémoc, pero se programará como uno más de los doce eventos a conmemorar en el año 2021, siendo uno de ellos los de los “700 años de la fundación de Tenochtitlan, la capital del imperio mexicano que actualmente es la Ciudad de México”.  Pero la principal y estelar conmemoración nacional e internacional en 2021 será la celebración festiva de La Independencia de México del imperio español, que comenzó un 10 de septiembre de 1810 y terminó un 27 de septiembre de 1821.  Posteriormente el Presidente mexicano ha vuelto en marzo de 2021, a la carga polémica, con estas ácidas palabras: “En cuanto a la justificación de esta invasión violenta, se recurrió a la gran excusa, siempre utilizada por grupos poderosos o potencias del mundo, a lo largo de la historia, del sometimiento de etnias, sociedades y naciones en nombre de la civilización, el destino o la superioridad racial, religiosa o cultural, que como puede leerse en los escritos de Hernán Cortés, consideraban que los indígena vivían en estado de barbarie”.

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Y en Extremadura y en España se hace memoria de ese 13 de agosto de 1521 en que Cortés conquistó la capital imperial azteca, dando comienzo al México mestizo y a 300 años de historia común colonial con sus luces y sombras. Según una encuesta mía de 2019 aplicada a 2.476 estudiantes españoles de Secundaria y Universidad y de ellos 678 extremeños, el 49% de los jóvenes españoles y el 40,% de extremeños eligen la respuesta de que “no debe conmemorarse nada, porque sólo hubo crímenes y robos”. Y al preguntarles, cómo debería hacerse una estatua a Cortés si a caballo o como la existente en Medellín, un 45,6% de españoles y un 33,6% de extremeños, eligen la opción “de ninguna forma, ni a Cortés, ni a ningún conquistador español, pues fueron unos genocidas”.

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Ilustración de un Programa de Estudios Chicanos,

 Universidad de California, 1974)

 

En otra macroencuesta iberoamericana mía de 2019, aplicada a 11.322 estudiantes de 11 países latinoamericanos, de ellos a 5.135 mexicanos que opinan que la conquista española fue más bien “un genocidio y matanza de indios que una obra civilizadora”  y eso mismo opinan el 59,9% de españoles y un 55,3% de jóvenes. La pregunta muy grave obligada es “¿Qué tipo de historia se enseña en los colegios?”. En mi estudio de 1991-1993 de 300 libros de textos de primaria y secundaria de todos los países americanos, el hecho central de su historia es la Independencia (y en el caso de Cuba la Revolución comunista de Fidel en 1959), se ensalzan las culturas indias como una “edad feliz” silenciando su sistema de conquista, esclavitud y sacrificios humanos, se insiste en los abusos de los españoles y sus ansias de oro, En el caso mexicanos, tantos en los libros de  texto de 1991 o actuales del  Curso 2018-2019 se ensalzan las culturas indias, azteca y maya, con quienes se intenta que se identifiquen los mexicanos de hoy, se presenta la conquista como un túnel oscuro y sangriento, como obra de los “extranjeros” imperialistas, y luego se resalta positivamente el  periodo del Virreinato Colonial, como algo que ya “ pertenece a los mexicanos”.

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Este es el relato oficial, y el que firmemente proclama el actual presidente mexicano,  y que en general apoyan la mayoría de elites gobernantes, los medios de comunicación, los intelectuales, artistas y literatos Sin embargo debemos resaltar las voces mexicanas valientes, que exigen otra visión ante la cerrazón, ante la posición oficial en este campo, reflejado en los discursos oficiales y libros de textos. Fue pionero de este grupo de críticos del relato oficial, José Vasconcelos (1938), que fue Secretario (Ministro) de Educación en la Revolución mexicana. Con motivo de los 500 años de la llegada de Cortés a México, acaban de publicarse dos valientes alegatos de autores mexicanos, contra la versión negativa de la historia oficialista, cuyos títulos y contenido son altamente significativos.” Hernán Cortés o nuestra voluntad de no ser. Causas y consecuencias de su falta de reconocimiento” de Antonio Cordero (México, Editorial Colofón, 2018) y la obra de Úrsula Camba y Alejandro Rosas, “Cara o cruz. Hernán Cortés” (México, Taurus 2018). ¡Excelentes antídotos contra la leyenda negra y el reconocimiento de Cortés y de su obra¡ Como dice a sus paisanos mexicanos valientemente Antonio Cordero:

“¿Por qué inculcamos devoción a otros héroes, casi todos falsificados, que tienen los defectos de Cortés, pero carecen de sus cualidades?’… El día que podamos colocar y respetar un monumento al principal impulsor de nuestra nacionalidad, encontraremos nuestra otredad, lo que nos falta. Nos sentiremos mejor…Será tarde, pero un error resarcido es un acierto doblemente satisfactorio. Habremos revocado la pena de desmemoria y limitación a la que nos sentenciamos nosotros mismos como pueblo y expiado la culpa que cargamos por haber olvidado, en los rincones más oscuros durante 500 años, los restos de nuestro principal benefactor. ¿Cómo tenernos respeto y exigirnos respeto si no remediamos nuestras faltas?” (A. Cordero, 218, contraportada del libro).

Son tiempos de una tribal pandemia de odios nacionalistas ciegos, pero hay que seguir creyendo en el diálogo y en la hermandad y dignidad universal humana, por encima de tiempos, razas, etnias, naciones y religiones. Los mexicanos podrían recordar lo que ellos mismos escribieron en su Plaza de la Tres Culturas ”No fue triunfo ni derrota, fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es México de hoy”.   Y los pueblos hermanos hispano-.americanos de las dos orillas volver al espíritu, diálogo y cooperación que se iniciara con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América:

«Representamos un vasto conjunto de naciones,  que comparten raíces y el rico patrimonio de una cultura fundada en la suma de pueblos, credos y sangres diversas. A 500 años de distancia de nuestro primer encuentro, y como uno de los grandes espacios que configuran el mundo de nuestros días, estamos decididos a proyectar hacia el tercer milenio la fuerza de nuestra comunidad» (Primera Cumbre Iberoamericana, MEXICO, 1991).

Tomás Calvo Buezas, catedrático emérito y Medalla de Extremadura


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