REPARTIDOR

Cuando el timbre nunca suena, pero el sistema dice que no estabas en casa

Digital Extremadura – 2 de noviembre de 2025.- 

El fantasma del timbre que nunca sonó

Estás en casa, pendiente de un paquete importante. Miras el móvil: “En reparto desde las 9:00”. Pasa el mediodía, nadie llama. Revisas el seguimiento y ahí está el temido mensaje: “Destinatario ausente”. Ni llamada, ni timbre, ni visita. Pero, según la empresa, no estabas.

El fenómeno se repite en toda España, y los consumidores ya no se lo creen. Lo que empezó como un fallo puntual se ha convertido en una estrategia de supervivencia dentro de un sistema logístico desbordado.

Cuando la avalancha digital se vuelve inhumana

El comercio online no ha dejado de crecer. Solo en el primer trimestre de 2025 se registraron más de 474 millones de transacciones y una facturación superior a 25.700 millones de euros, según la CNMC. Cada clic en “comprar” genera un paquete que alguien debe entregar en un tiempo récord.

El problema: millones de paquetes, pocos repartidores y un reloj que no perdona. Jornadas de diez horas, más de 100 entregas diarias y sueldos que oscilan entre 1.200 y 1.750 euros brutos. Otros, falsos autónomos, cobran entre 0,75 y 1,50 euros por paquete.

“Si no cumples objetivos, te penalizan”, confiesa un repartidor en El Faro de Vigo. Y así nace el truco: marcar “incidencia” o “ausente” para ahorrarse kilómetros, aunque el cliente esté esperando con la oreja pegada al timbre.

Mentir para sobrevivir

“Es un problema que nos preocupa. Cada vez es más habitual que se dé esta situación”, explica Manuel Vivas, responsable de prensa de la OCU.
En los últimos dos meses, la organización ha recibido 14 reclamaciones por falsos ausentes. La más citada es Correos Express, aunque Seur, MRW, GLS y Correos también acumulan quejas.

Según el Informe Anual del Sector Postal 2024, el año pasado se enviaron 1.216 millones de paquetes, la mayoría de menos de dos kilos. La competencia por la inmediatez —entregas en 24 horas o menos— ha convertido la logística en una jungla de prisa y precariedad.

El rastro del GPS y las sanciones internas

Las empresas saben perfectamente si un repartidor pasó o no por la zona.
Cada aplicación de reparto está geolocalizada. Pero la trampa no siempre compensa: una incidencia falsa puede costar hasta 40 euros de sanción, casi la mitad del salario diario de muchos trabajadores.

Esa presión constante convierte la jornada en una carrera contra el reloj, donde la empatía desaparece y el consumidor se convierte en otro número del algoritmo.

Reclamaciones que se pierden en el camino

Cuando el sistema falla, el cliente tiene derecho a reclamar. Pero la OCU advierte que no siempre compensa.
“Muchos prefieren no perder una mañana por reclamar 10 euros de taxi para recoger el paquete”, admite Vivas.

Además, la reclamación debe dirigirse a la tienda online, no a la empresa de reparto.
“Si compras en Amazon y falla Seur, debes reclamar a Amazon”, recuerda la organización de consumidores.

Entre la mentira y la saturación

El “destinatario ausente” ya no es un descuido: es un síntoma del agotamiento logístico de una sociedad digital que exige inmediatez y paga lentitud.
Una frase automática que oculta la fatiga de quienes reparten la comodidad ajena.

LUPA DEL DOMINGO

El “no estabas en casa” es el nuevo reflejo de un sistema enfermo por exceso: de pedidos, de prisa y de precariedad.

El timbre no sonó porque la urgencia lo devoró.