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Cuenta atrás para Almaraz al activarse el cierre de la Central Nuclear extremeña en 2027

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El Consejo de Ministros ha aprobado  el inicio del proceso para cerrar la central nuclear de Almaraz (Cáceres) a partir de 2027, marcando así el primer paso del calendario nacional de desmantelamiento nuclear. La decisión, que da luz verde a Enresa para licitar los trabajos por más de 23 millones de euros, ha reavivado el debate energético en España.

Adiós al átomo en tierras extremeñas: comienza la cuenta atrás para Almaraz

Juan Preciado, 24 de abril de 2025.- La central nuclear de Almaraz tiene los días contados. Este martes pasado, el Consejo de Ministros ha encendido la chispa definitiva: ha aprobado el inicio del procedimiento para su cierre en 2027, dando paso al primer gran desmantelamiento nuclear en España de una planta con dos reactores en el mismo emplazamiento. La noticia, tan esperada como controvertida, no ha tardado en reactivar el pulso entre el Gobierno y las grandes eléctricas del país.

Enresa, la empresa pública encargada de gestionar los residuos radiactivos, podrá ahora lanzar la licitación de los trabajos de desmontaje por un valor de 23,7 millones de euros más IVA. El contrato incluye desde ingeniería de diseño hasta documentación para obtener la futura autorización de desmantelamiento. Un proceso técnico y burocrático de alto voltaje que marca el inicio del calendario de apagón nuclear en España.

Mientras la maquinaria administrativa se pone en marcha, el debate político y empresarial toma temperatura. Iberdrola, Endesa y Naturgy, propietarias de Almaraz, no ocultan su desacuerdo. En las últimas semanas, sus directivos han reclamado revisar el calendario de cierres pactado en 2019. Hablan de un contexto energético radicalmente distinto al de entonces, condicionado por la guerra de Ucrania, la inflación y la incertidumbre sobre el suministro energético global.

“Cerrar ahora sería un error”, ha advertido José Bogas, presidente de Endesa. Le secunda Mario Ruiz-Tagle (Iberdrola), que pide un análisis “abierto y sosegado”, y Francisco Reynés (Naturgy), quien propone incluso prorrogar la vida útil de Almaraz unos años más mientras se replanifica el futuro.

Pero desde el Gobierno, el mensaje es claro: las reglas están escritas y quien quiera cambiar el guion, que lo solicite formalmente. Así lo ha reiterado la ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, quien además ha criticado que algunas propuestas del sector privado se quedan en el ruido mediático más que en iniciativas concretas. “Hasta ahora, no hemos visto una propuesta seria”, sentenció.

El Partido Popular ha intentado mover ficha en el Congreso con una proposición de ley para alargar la vida de las nucleares. Pero, como ya ocurrió con una proposición no de ley similar, la mayoría parlamentaria la tumbó. Por ahora, la dirección está marcada: avanzar hacia un modelo sin energía nuclear, aunque no sin tensiones.

Curiosamente, mientras se aprueba su cierre a medio plazo, uno de los dos reactores de Almaraz ha vuelto a estar operativo desde este pasado miércoles. Una paradoja más en un debate encendido por la política, el mercado y las promesas de una transición energética que, para muchos, sigue en pañales.

 


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