Redacción DEx, Cáceres, 22 de marzo de 2025 – La Policía Nacional ha desmantelado un sofisticado laboratorio de producción de cocaína que operaba en la sombra, camuflando su ilícita actividad tras una fachada bien ideada en una finca de la provincia de Cáceres. Su objetivo: la producción a gran escala de cocaína, con una capacidad de fabricación que alcanzaba los 100 kilogramos diarios.
El modus operandi de la organización criminal era sofisticado. Los miembros del grupo se hacían pasar por pintores, vistiendo monos de trabajo y utilizando camiones para transportar palés de botes de pintura. En el interior de estos envases, ocultaban los ladrillos de cocaína, listos para ser distribuidos.
El epicentro de esta actividad delictiva era una finca en las afueras de Cáceres, convertida en un auténtico laboratorio clandestino. En su interior, cinco «cocineros», reclutados en Colombia, trabajaban incansablemente para procesar la droga. La finca, con extensas parcelas y un único acceso, estaba diseñada para dificultar la vigilancia policial. Para reforzar su estrategia de ocultación, los criminales habían establecido un criadero de gallos de pelea y perros de caza, buscando disimular el verdadero propósito de la propiedad. Un vigilante de seguridad, apostado en la entrada, se encargaba de alertar a los demás miembros del grupo ante cualquier presencia sospechosa.
La investigación policial dio un giro crucial a principios de febrero, cuando se detectó una furgoneta de alquiler que realizó un viaje a un polígono industrial de Humanes (Madrid). Allí, un matrimonio que regentaba un bar actuaba como cerebro de la operación, utilizando su establecimiento como centro de reuniones y logística.
Tras semanas de meticulosas pesquisas, los agentes de la Policía Nacional lograron desenmascarar la red. Un hombre, que simulaba ser pintor, fue observado conduciendo furgonetas cargadas con botes de pintura y herramientas. Los investigadores descubrieron que esta era la tapadera para el transporte de la droga desde el laboratorio a diferentes puntos de la Comunidad de Madrid. En uno de los viajes, se interceptó un vehículo con sustancias químicas precursoras, lo que confirmó que la producción de cocaína estaba en pleno apogeo.
A finales de febrero, se desplegó un operativo policial de gran envergadura, con la participación del Grupo Especial de Operaciones (GEO). La entrada y registro del laboratorio fue un golpe contundente al crimen organizado. En el interior, los agentes encontraron a los cinco «cocineros», trabajando a turnos las 24 horas del día, los siete días de la semana, y al vigilante de la finca. Las máquinas de elaboración de la droga estaban en pleno funcionamiento.
El registro reveló la magnitud de la operación. Se incautaron 450 litros de cocaína base disuelta en líquido, un novedoso método de importación que requería un proceso posterior para separar la cocaína base del líquido. Además, se encontraron 65 kilos de clorhidrato de cocaína, 40 kilos de cocaína base, 7.000 euros, una escopeta, munición y material para la fabricación del estupefaciente.
En una furgoneta de alquiler, los agentes descubrieron botes de pintura blanca, uno de los cuales contenía dos kilogramos de cocaína. En total, once personas fueron detenidas y puestas a disposición judicial, acusadas de pertenencia a grupo criminal y delitos contra la salud pública. La autoridad judicial decretó el ingreso en prisión de diez de los detenidos.