El Festival de Mérida, en colaboración con la ONCE, ilumina la escena con el talento sin barreras de La Luciérnaga y la inclusión con “El Gorgojo.
El teatro romano de Regina acogerá el 1 de agosto la obra protagonizada por actores con discapacidad visual
R. DEx,Mérida, 9 de julio de 2025 – La cultura que rompe barreras vuelve a escena. El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y la ONCE han firmado este miércoles un nuevo convenio de colaboración para acercar el arte escénico a todas las capacidades. La alianza permitirá que el público disfrute de la obra El Gorgojo, interpretada por la compañía La Luciérnaga, formada íntegramente por actores y actrices con ceguera o deficiencia visual grave.
Un elenco que ve más allá de los límites
Dirigida por Agustín Sasián, El Gorgojo contará con la interpretación de Miguel Escabias, Jordi Sabaté, Esther Higueras, Aitor Román, Lola Robles, José G. Gonzalo, Paloma de Mingo, Carmen Lafuente y Susi Cortizo. La función se representará el próximo 1 de agosto, a las 22:30 horas, en el teatro romano de Regina, una de las extensiones del certamen emeritense.
Jesús Cimarro, director del Festival de Mérida, celebró la continuidad de esta colaboración que “pone en valor el talento de actores con discapacidad visual y aporta un granito de arena para que la cultura sea de todos y para todos”.
Ángel Luis Gómez, director ejecutivo de Promoción Sociocultural, Artística y Deportiva de la ONCE, destacó la importancia de visibilizar la realidad de las personas con discapacidad en las artes escénicas: “El trabajo detrás de estas obras es titánico, pero el resultado logra que el espectador se meta en la historia sin importar la discapacidad de quienes están en el escenario”.
Fernando Iglesias, delegado de la ONCE en Extremadura, subrayó que este tipo de iniciativas son “fundamentales para que cualquier persona pueda disfrutar del teatro”.
LUPA DEx
El aplauso más necesario
En un mundo que a menudo margina lo diferente, iniciativas como la del Festival de Mérida y la ONCE son un recordatorio de que el talento no entiende de barreras. Cuando las luces se apagan y la obra comienza, el público no ve discapacidad: ve arte, esfuerzo y humanidad.
Que El Gorgojo suba al escenario del teatro romano no es solo un logro para La Luciérnaga; es una victoria colectiva en la lucha por una cultura verdaderamente inclusiva.
El aplauso de esa noche no será solo para la interpretación, sino para una sociedad que, paso a paso, aprende a mirar con otros ojos.