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El 60,3% de las mujeres en la industria audiovisual española afirma haber sufrido violencia sexual en algún momento de su carrera

El Grito silenciado de las mujeres del Cine Español

El 60,3% de las mujeres en la industria audiovisual española afirma haber sufrido violencia sexual en algún momento de su carrera según un demoledor informe de la Asociación de Mujeres Cineastas (CIMA). El estudio, presentado en Madrid, denuncia una cultura laboral donde la violencia se ha normalizado y el silencio colectivo sigue alimentando el abuso.

Cuando el foco se apaga: el lado oscuro del cine español que ya no se puede ocultar

Rómulo Peñalver, 24 de abril de 2025.- El glamour del cine no siempre brilla. Detrás de las cámaras, en los sets, en los despachos de guionistas, en las salas de maquillaje o en los despachos de producción, se esconde una realidad que durante años ha sido silenciada: el 60,3% de las mujeres en la industria audiovisual española asegura haber sufrido algún tipo de violencia sexual en su entorno laboral.

Así lo revela el informe Unidas por una industria audiovisual igualitaria, diversa y libre de violencias, elaborado por la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) y presentado este jueves en Madrid. Una cifra que estremece, más aún al saber que no distingue cargos ni departamentos: da igual si se es actriz, técnica de sonido, directora de arte o guionista. La violencia ha sido transversal, constante e invisible durante demasiado tiempo.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, y la presidenta interina de RTVE, Concepción Cascajosa, estuvieron presentes en la presentación de un documento que no sólo aporta datos, sino también testimonios. Historias de vida, las han llamado. Relatos desgarradores que exponen cómo muchas mujeres han sido presionadas, manipuladas o directamente agredidas por quienes ostentan poder, fama o influencia dentro del sector.

Especialmente preocupante es la situación de las mujeres de entre 40 y 49 años, el grupo más afectado, pero el informe advierte de que las jóvenes padecen una «doble vulneración»: son vistas como presas fáciles, obligadas a aceptar situaciones incómodas o degradantes para abrirse paso profesionalmente. “Cuando admiran a un actor o director, el consentimiento no es del todo libre”, explicó Nerea Barjola, una de las autoras del estudio.

Lo más demoledor del informe, sin embargo, no es solo el número de casos, sino la conclusión a la que llega: la violencia sexual está normalizada dentro del entorno laboral del cine. Se percibe como parte del juego, como una consecuencia inevitable de la jerarquía y la cultura de la permisividad. Desde CIMA denuncian un sistema de silencios que lo mantiene todo en pie. “El silencio colectivo sigue alimentando esta cultura”, afirman.

El informe también pide un giro radical: romper ese silencio, fomentar espacios de sororidad y establecer protocolos claros de actuación. Porque si hay algo que este estudio deja claro es que no basta con iluminar la alfombra roja: hay que encender las luces en los pasillos donde aún reina la sombra.

El cine español, que tantas veces ha alzado la voz en defensa de los derechos y las libertades, tiene ahora la oportunidad —y la obligación— de mirar hacia dentro. Dejar de aplaudir cuando se apagan las luces y empezar a escuchar, de verdad, cuando una mujer dice: “a mí también me pasó”.