La periodista Mila Ximénez, destacada polemista en el programa SÁLVAME que se emite en Telecinco, ha revelado en directo en dicho espacio, que padece cáncer de pulmón y que tendrá que someterse a quimioterapia y radioterapia que son las acciones médicas propias en este tipo de casos, tan terribles para el ser humano.
«Voy a curarme porque se lo he prometido a mi hija y jamás he roto un juramento», ha reconocido Ximénez el pasado martes en ‘Sálvame’.
Hasta ahí la dolorosa e impactante noticia sobre un personaje televisivo que ha venido destacando en los últimos años, sobre todo, por su histrionismo, entre otros considerandos, porque es lo que el propio programa en el que colabora le exige a todos los que en él intervienen, incluido el pésimo conductor que es Jorge Javier Vázquez, cuya defensa ante las cámaras es agredir verbalmente, si se presenta la ocasión, a quien se le pone enfrente, exponer una falsa y continua risa, equivocándose continuamente, a pesar de disponer de un permanente «autocue», además de hacer gala continua de un descaro epatante, un lenguaje soez y presumir de su condición sexual, tan respetable como la de Pablo Alborán, cuya » revelación» nos la han metido hasta en la sopa, por cierto.
Nos parece normal y hasta emotivo que todos los compañeros le hayan mostrado su apoyo y cariño a Mila Ximénez, animándola en tan difícil trance, al igual que se lo deseamos nosotros desde estas líneas, pero hacer de ello, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, una explotación vil de los sentimientos, para que los picos de audiencia se eleven es cuanto menos vergonzante, pero es a lo que nos tiene acostumbrados Mediaset, para el mayor desprestigio de la televisión privada.
Mila Ximénez es un personaje controvertido, polémico, que ha demostrado no tener escrúpulos a la hora de pronunciarse sobre determinados asuntos o no respetar a sus compañeros, como algunos otros con ella, es lo que se estila en este tipo de programas, y que salga en directo en Sálvame confesando su enfermedad, vamos a pensar que lo ha hecho para dar visibilidad a su caso pero de ahí a dedicarle todo un programa, y más, «recreándose» en la tan mala suerte y guionizando toda suerte de intervenciones de apoyo, va un abismo, que se nos antoja soez, de mal gusto y degradante.
La televisión basura tiene estas cosas, que además de aglutinar curiosos altos grados de audiencia, lo que demuestra como somos en este país, aprovecha las ocasiones para cebarse en el morbo, en el dolor, en la enfermedad, en las situaciones complicadas de la vida para hacer caja, pero da la casualidad que en los últimos tiempos, la publicidad ha bajado sobremanera en todos los medios y respecto a Mediaset, aun más. Observen ustedes que en los cortes publicitarios, se dedican más a las autopromos y a los llamados » cebos» que a divulgar spots. Por algo será.
