La migración de las trabajadoras sexuales independientes a la red era una tendencia natural que se estaba produciendo a lo largo de los últimos años, sin embargo, el COVID-19 ha acelerado el trasvase por necesidad. El confinamiento obligó al cese de la actividad, lo que ha sido un problema en todos los ámbitos profesionales pero con una diferencia crucial, y es que las escorts se encuentran fuera del paraguas del Estado al encontrarse en una situación alegal. Ante la falta de medios, las escorts que no se anunciaban en la red, han empezado a hacerlo, y muchas de las que ya lo estaban, se han digitalizado ofreciendo otros servicios alternativos a distancia.
En medio del debate social y político en torno a la prostitución, las escorts independientes siguen adelante transformando su actividad y adaptándola a los nuevos tiempos ante la falta de acción por parte del Estado. El confinamiento consecuencia de la primera ola del Coronavirus en España, obligó a muchas trabajadoras sexuales a buscar alternativas a las restricciones de contacto social, ofreciendo servicios de videollamada erótica o incluso sexting a sus clientes.
Pero no solo se ha acelerado el proceso de adaptación de las prostitutas a la era digital, sino que también ha impulsado el trabajo independiente de un gran número de ellas debido al cierre de los prostíbulos. Lo que, sumado a la aplicación de las opiniones online al sector, está potenciando la profesionalización del sector.
La llegada de las opiniones online
La posibilidad de escribir una reseña sobre un encuentro con una escort de Badajoz o de cualquier otra parte de la comunidad autónoma de Extremadura, está teniendo consecuencias similares a las que ha podido provocar Tripadvisor a lo largo de los años. Es decir, evitar una reseña negativa es una necesidad para no perder clientes y esto solo se consigue ofreciendo el mejor servicio posible. Además, la profesionalización del servicio también modifica el tipo de cliente.
Por otro lado, tanto la migración de las escorts de las calles y prostíbulos a sus pisos anunciándose en la red, como las opiniones online, supone visibilidad para muchas chicas que, hasta ahora no lo eran. Esta visibilidad se traduce en una mayor seguridad al facilitar el rastreo de situaciones ilegales por parte de las autoridades, a lo que también aportan los comentarios de los clientes a través de sus reseñas.
Esta transformación del sector del sexo de pago supone un avance positivo para las trabajadoras sexuales, al ejercer una actividad aún sin regular, lo que durante los meses de crisis de la pandemia está suponiendo para ellas un total abandono al no optar a ningún tipo de ayuda social.
