La Cultura y el Espectáculo están pasando por momentos críticos y agobiantes. Cuatro meses sin ingresos pero sí con pagos ineludibles han servido para el hundimiento de empresas y artistas, muchos de los cuales no van a levantar cabeza. El reciente ejemplo del Circo de Sol ahí está, concurso de acreedores, con 500 millones de euros de deudas, todo este tiempo covid sin ingresar un céntimo, es el fiel reflejo de como ha quedado de maltrecha la industria cultural.
Lo que pasa en la actualidad, amén del efecto covid, es el resultado de haber ido sembrando la cultura de lo gratis en todos los ámbitos. Muchas pseudo ong’s se han ido aprovechando, y se aprovechan, y no digamos determinadas instituciones, de conminar a los artistas a que intervengan o por cachés irrisorios y sin contrato al medio o sin S.S, o «gratis, porque te da prestigio » tu colaboración», etc, etc».. Muchos artistas «tragan» porque no tienen más remedio si quieren comerse un bocata, y como esos colectivos e instituciones lo saben, se siguen aprovechando.
De ahí que el artisteo ande siempre,y más en la actualidad, en la mayoría de los casos, a verlas venir, y sobreviva como puede, agobiado por el día a día y la deudas, que se contraen precisamente por no estar bien valorados y super mal pagados. No hablemos de la fiscalidad, de la Seguridad Social, que al no disponer de ella no se suma vida laboral, de los artistas autónomos desamparados, de las condiciones leoninas que se imponen, de la escasa atención que se tiene con esta actividad fundamental para la formación del individuo desde el conocimiento y el propio ocio y agradecido entretenimiento y de las experiencias tan surrealistas que se viven en el día a día.
Mientras las Administraciones no apoyen realmente a la Cultura y al Espectáculo, no con dádivas para salir del paso, subvenciones que siempre se llevan los mismos y retraso enorme en abonar la miseria que te dan, sino con normativas acordes con las necesidades reales, subvenciones bien estructuradas que lleguen en tiempo y forma para poder desarrollar los proyectos, profesionales que asesoren adecuadamente para el buen resultado de lo que se ofrece, convocatorias de contenido social y cultural que sean rentables para todos, y proyectos que no se duerman en el cajón de las oportunidades perdidas, amén de empresas que contraten en condiciones legales y que convengan a ambas partes, con cachés acordes a la calidad de lo que se ofrece-demanda, no arreglaremos nada.
Además, mientras no deje de haber corporativismo desleal y los artistas no se unan de una vez por todas, no en determinados colectivos arrimados a quien conviene, gobierne quien gobierne, decida quien decida, «contrate» quien » contrate», el panorama no cambiará.
Ya sé que esta postura-reacción no va a servir de nada porque siempre habrá alguien que acepte o trague » las condiciones» explotadoras que se imponen, si te quieres subir a un escenario y porque determinadas instituciones, ong’s, fundaciones, etc, se mofarán de este artículo con un contunde ¡ bah!.
Nos espera un 2020 horrible pero el 2021 será peor. Ya he visto a algún artista, y magnífico, yendo a las colas de Cáritas a por sustento. En fin…