R. DEx, Jarilla / Cabezabellosa, 13 de agosto de 2025.– El incendio que desde hace días devora el entorno de Jarilla ha dado un nuevo y preocupante salto. Una reactivación violenta empujada por el viento ha dirigido las llamas hacia Cabezabellosa, convirtiendo este municipio cacereño en una trampa de humo y fuego para varios vecinos que se negaron a abandonar sus casas y ahora permanecen incomunicados.
“Se han cumplido los peores pronósticos”, lamentó el consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social, Abel Bautista, tras la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrada (Cecopi). Las condiciones son extremas: vientos cambiantes, temperaturas abrasadoras y una humedad mínima que favorece la expansión del fuego.
Una evacuación imposible
La situación es tan crítica que ni siquiera la Guardia Civil tiene garantías de seguridad para acceder por carretera y evacuar a los vecinos que permanecen en Cabezabellosa. Bautista advirtió que, si se abre un corredor seguro, se enviará una alerta masiva Es-Alert para indicar el camino de salida.
El consejero no ocultó su malestar con quienes desoyeron las órdenes de evacuación:
“No se puede hacer el héroe de manera individual. Han puesto en riesgo su vida, la del operativo y, probablemente, la de familiares que ahora suplican que hagamos lo posible por sacarlos”.
En caso de abrirse paso seguro, la Guardia Civil tiene orden de emplear la fuerza para desalojar, pero de momento la prioridad es no exponer a los agentes.
Cabezabellosa, una ratonera
A diferencia de Jarilla y Villar de Plasencia, donde la situación es “óptima”, en Cabezabellosa el fuego está metido en el perímetro urbano y las salidas están cortadas. Los vecinos que aún quedan se enfrentan a corte eléctrico, humo denso y riesgo de intoxicación. Por eso, la Guardia Civil ha pedido a quienes permanecen allí que no salgan de sus casas y sellen puertas y ventanas.
Más de 700 personas han sido evacuadas ya de las tres localidades y realojadas en Plasencia. Durante la jornada, se han coordinado convoyes especiales para permitir a ganaderos alimentar a su ganado y a enfermos recoger medicación.
Seis frentes abiertos en Extremadura
El de Jarilla, con más de 1.200 hectáreas afectadas y un operativo de 300 personas (incluida la UME), es el que más preocupa, junto con el incendio de Casares de las Hurdes, pequeño en superficie pero con un terreno abrupto e inaccesible que dificulta su control.
Otros fuegos, como los de Tornavacas, Monfragüe, Trujillo y la carretera de Alburquerque a Aliseda, presentan evoluciones diversas, pero por ahora no revisten el mismo nivel de amenaza.
La presidenta de la Junta, María Guardiola, ha estado en el Puesto de Mando Avanzado en Jarilla, agradeciendo la entrega de quienes “se juegan la vida para salvar monte, pueblos y, sobre todo, personas” y pidiendo a la ciudadanía que obedezca cada instrucción “porque se da para proteger vidas”.
Apoyo desde la Corona
En plena emergencia, la presidenta extremeña ha recibido la llamada del Rey Felipe VI, quien ha transmitido su “solidaridad” con los vecinos y su “apoyo” a todos los efectivos del Plan Infoex.
Un enemigo que no da tregua
Mientras el humo espesa el horizonte de Cabezabellosa y el calor convierte cada minuto en una carrera contra el reloj, el operativo trabaja sin descanso, relevándose cada 12 horas. Las autoridades insisten: la prioridad es salvar vidas, no casas. Y la diferencia entre salir a tiempo o quedar atrapado puede depender de acatar esa orden a la primera.