Paco de Borja, Cáceres, 29 de julio de 2025.- En pleno corazón monumental de Cáceres, donde la historia late entre sillares dorados y balcones renacentistas, el Hotel Palacio Godoy ha dado un paso firme para convertirse no solo en un referente del lujo y la hospitalidad, sino también en un santuario vivo de la artesanía extremeña. En estos días, sus muros acogen una exposición permanente dedicada a la joya textil más reconocible de la región: la Gorra de Montehermoso, de la mano de la única persona en el mundo que aún la confecciona: María José González.
La inauguración, cargada de emoción y simbolismo, contó con la presencia de representantes institucionales como el presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales, los concejales del Ayuntamiento Jorge Suárez y Soledad Carrasco, y el promotor del hotel, Fernando Palazuelo, quien ha sabido conjugar pasado y presente en un espacio que ya brilla con luz propia entre los destinos turísticos más singulares de Extremadura.
El mural principal del hotel, en la entrada, colonizado por las coloridas gorras tejidas por María José, herencia viva de un linaje de mujeres que ha transmitido, generación tras generación, el arte de trenzar paja de centeno, coser telas vistosas y añadir lentejuelas, botones y espejos que deslumbran a quien se detiene a contemplarlas. «Cada gorra me lleva más de cuatro días de trabajo. Desde sembrar el centeno hasta dar la última puntada», confesó la artesana. Un oficio que, lejos de romanticismos, sobrevive a duras penas.
Por eso, desde la Diputación se anunció la creación de un plan formativo dirigido por González, para garantizar el relevo generacional y evitar que esta joya etnográfica desaparezca. La exposición no es solo una muestra, sino un manifiesto contra el olvido. «La gorra es símbolo de identidad. Y como tal, necesita futuro», subrayó Morales.
La conexión con Perú, país donde Francisco Godoy —fundador del palacio y figura clave en la historia colonial— dejó su huella, añade un componente de ida y vuelta a este homenaje. “Muchos trajes regionales peruanos tienen gorras similares a esta, y no es casual”, apuntó Palazuelo, convencido de que la cultura no conoce fronteras cuando el alma viaja en ella.
Además de la muestra artesanal, el Palacio Godoy se ha propuesto potenciar las Denominaciones de Origen cacereñas, estrechar lazos con cocineros limeños y ofrecer un espacio permanente a los productos y saberes que definen la identidad extremeña.
La exposición está abierta a todo el público, tanto visitantes como vecinos, y convierte al Palacio Godoy en algo más que un hotel: en un lugar donde el pasado se entreteje con la paja de centeno, donde la memoria se viste de espejo, y donde una gorra habla, sin necesidad de palabras, del alma profunda de Extremadura.