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Sus aportaciones, conseguidas gracias a un uso innovador de la tecnología, están atrayendo a cada vez más clientes del país.

Las Fintech son un conjunto de empresas, cuyo vocablo nace de conjugar los conceptos de “Finance” y “Technology”, de nacimiento bastante reciente que se centran en el sector financiero pero con notables aportaciones propiciadas por los avances tecnológicos. Así, desde un entorno digital, tienen como objetivo facilitar y automatizar algunos procesos en aras de dotar al usuario de mayores facilidades y una transparencia en el servicio que pueda suponer una experiencia como cliente más satisfactoria. Por otra parte, la digitalización reduce sus costes, por lo que sus comisiones suelen ser más competitivas.

Por supuesto, la comodidad y la agilidad son grandes activos para los clientes cuando se decantan por estas compañías, que están llegando a muchos usuarios que, con modelos más tradicionales, tal vez no hubiesen optado por lanzarse a algunas de las posibilidades que ofrece el mercado financiero, como las inversiones. El hecho de que sus entornos digitales sean agradables e intuitivos, así como una mayor integración de las nuevas tecnologías digitales entre la población, han sido factores clave que han ayudado a que tengan una buena aceptación entre el público. Como también la atención al cliente, más modernizada y accesible durante gran parte de la jornada o, incluso en algunos casos, en las 24 horas del día.

Respecto a la innovación, una de las plataformas de trading españolas punteras a nivel mundial, NAGA, ha querido aprovechar su carácter tecnológico para competir con los de su sector y ofrecer al cliente el máximo de prestaciones y funcionalidades posibles en el mundo de la inversión. Así, su gran apuesta ha sido crear un entorno digital muy completo y agradable para el usuario al tiempo que ofrece opciones innovadoras respecto de otros competidores y de las empresas tradicionales.

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El concepto de NAGA Broker, que forma parte de la bolsa de Frankfurt, está centrado en la inversión, para ello ofrece posibilidades como el Forex, los las CDF de acciones, las criptomonedas o, incluso, índices o materias primas. Pero en su afán por la innovación, ha incluso opciones como la de la tarjeta de débito, conocida como NAGA Pay, integrada en su app, u opciones como el Autocopia de NAGA, que da la posibilidad a sus clientes de copiar las operaciones de Traders con mayor experiencia. También incluye un apartado de formación, que se actualiza constantemente, e información en tiempo real, así como el aspecto más social de la plataforma: la interactuación con otros usuarios para compartir experiencias y consejos.

España representa uno de los casos paradigmáticos

Por muchos de estos motivos, en España se está dando un auge de estas compañías y del uso que dan los ciudadanos españoles de ellas. Hasta el punto de que, según algunos medios, se aupado al país al sexto lugar del ranking internacional en número de compañías de este sector. Ante tal fenómeno, las entidades “clásicas” no han podido más que forjar algunas alianzas con las Fintech para no perder el tren; de la misma forma, están intentando implantar algunas de sus novedosas ideas para sí mismas, en lo que muchos entienden como aquello de “Si no puedes con el enemigo…”.

Por su parte, estas nuevas compañías no quieren estancarse y buscan una mejora continua al albor de los nuevos avances técnicos que puedan seguir diferenciándoles de los modelos más tradicionales y que aporten un valor añadido de cara a sus usuarios y un atractivo para potenciales clientes que aún no tienen en cartera.

Uno de los apartados que más ha atraído a una parte de la sociedad hacia estas Fintech es el carácter activo que tiene el cliente en el entorno digital, en contraposición con los modelos más tradicionales donde éste tenía otro rol. También los aspectos relacionados con seguridad y privacidad, para los que se utilizan herramientas punteras de cara a procurar una experiencia sin determinado tipo de sobresaltos para el usuario. En definitiva, parece que España ha recibido con entusiasmo la irrupción de este tipo de empresas y su aportación y ventajas respecto de lo existente con anterioridad. Tras la democratización de sectores como la comunicación, todo indica que ahora la tecnología lo está consiguiendo con otro de los pilares empresariales históricos: las finanzas.


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