Los problemas del empleo fluctúan con la coyuntura. Si esta es buena, caen en el olvido sin más, se reducen a ciertas estadísticas áridas y complicadas sobre la evolución de la población activa o sobre los beneficios de tal o cual prestación. Pero si la coyuntura se degrada, pasan a un primer plano de actualidad. Es más, “los focos de la política se adueñan del tema, concentrados en lo esencial sobre algunas cifras mágicas, magnificadas en su significación y, sin embargo controvertidas, sobre el número de parados”. Y añade el autor: “Entre estos dos extremos, el empleo claramente es tratado en su verdadera dimensión. Y, no obstante, el empleo es una cosa bien distinta del academicismo de la s series estadísticas o del debate político”. Es la existencia misma, día a día, de millones de personas.
Todo lo anterior pone de manifiesto las distintas dimensiones del empleo y, sobre todo, de su gran revelador que es el desempleo o paro. A saber:
- La dimensión económica, al afectar a un factor decisivo de la producción y con él a los niveles de crecimiento y desarrollo de la economía.
- La dimensión social, al afectar a las relaciones entre los diferentes grupos y/o clases sociales y, con ello, a la misma estructura o, al menos, a la organización global de la sociedad.
- La dimensión humana, al afectar a la situación económica del individuo y del grupo familiar y, con ello, a las bases económicas de su existencia, al sentido de su dignidad personal que tiene su raíz en la capacidad de valerse plenamente por sí mismo.
- La dimensión política, desde el momento mismo en que los problemas económicos, sociales y humanos son factores positivos o negativos, según el sentido de su utilización, en la lucha por el poder entre los partidos políticos, los grupos organizados en base a la profesión, al sexo, etcétera.
La politización del desempleo es, acaso, uno de los aspectos más graves del problema actual. El hecho social, económico y humano del paro tiene también sus connotaciones políticas. Pero estas añaden además una circunstancia peculiar, al vincularse las causas del problema, según las posiciones ideológicas , ya sea la existencia del régimen democrático actual, al presentarle como un efecto inevitable.
Demócratas, anti demócratas, etc… todos tienden a presentar el desempleo en España como un fenómeno español, como si fuera un nueva y triste manifestación del viejo lema nacional de “España es diferente”.
