Mérida, 18 de octubre de 2024.- El portavoz de Administración Pública del Grupo Parlamentario Socialista, José María Vergeles, ha acusado a la Junta de Extremadura de «normalizar el conflicto de intereses» tras conocerse que una de las empresas que opta a la licitación del Festival de Teatro Clásico de Mérida era, hasta hace un año, propiedad del secretario general de Cultura, Francisco José Palomino.
Vergeles ha criticado duramente a la presidenta de la Junta, María Guardiola, por «encargar la gestión del interés público a personas con intereses particulares» y por «eliminar interesadamente» la comparecencia de los altos cargos en la Asamblea previa a su nombramiento, una exigencia recogida en la ley extremeña que regula el estatuto de los cargos públicos.
El portavoz socialista ha enumerado varios ejemplos de lo que considera «conflictos de intereses» en el gobierno regional, como la presencia en el Consejo de Gobierno de un consejero que «ha pertenecido a una empresa como Telefónica» (en referencia a Guillermo Santamaría, consejero de Economía) o el caso de la consejera de Agricultura, que tiene un pozo ilegal en Almendralejo y es la «encargada de gestionar el proyecto de Regadío de Tierra de Barros».
Vergeles ha calificado la situación del secretario general de Cultura como el «último episodio de este despropósito», y ha anunciado que el Grupo Socialista ha registrado una solicitud de documentación para conocer datos sobre el «conflicto de intereses» en el que, a su juicio, incurre Palomino.
«¿En manos de quién estamos?», se ha preguntado Vergeles, lamentando que «los intereses particulares primen sobre los intereses generales» en el gobierno extremeño. «Los extremeños no nos merecemos esta falta de ejemplaridad y de transparencia en la gestión pública», ha subrayado.
El portavoz socialista ha concluido con una crítica contundente: «parece que el cargo con más honestidad dentro de este gobierno ha sido la consejera de VOX que dimitió». Con estas declaraciones, el PSOE eleva el tono de la confrontación política con el gobierno de coalición PP-Vox en Extremadura, poniendo el foco en la gestión de María Guardiola y su equipo.
