La piedra milenaria del Teatro Romano de Mérida volverá a respirar tragedia este viernes 18 de julio con el estreno de Edipo Rey, la producción de la Fondazione Teatro di Roma que llega a la capital extremeña para explorar, desde el surrealismo y la psicoanálisis, los laberintos de la verdad y la identidad.
Rómulo Peñalver, Mérida, 17 de julio de 2025.- La obra, que podrá verse viernes y sábado en el marco del Festival Internacional de Teatro Clásico, es fruto de un acuerdo de colaboración entre el certamen emeritense y la Fundación Teatro de Roma. Este intercambio cultural lleva Edipo Rey desde Italia hasta Mérida, mientras que Ifigenia, la propuesta extremeña, viajará a Ostia Antica, creando un simbólico puente de ida y vuelta entre dos de las cunas del teatro clásico.
Un Edipo en clave de sueño

El elenco, compuesto por figuras de la escena italiana como Manuela Mandracchia (Yocasta), Paolo Serra y Francesco Biscione, se mueve en un espacio de claroscuros donde la verdad es siempre esquiva. Lazzareschi, que también asume los roles de Tiresias y el mensajero, confesó que encarnar a Edipo en el Teatro Romano es “toda una responsabilidad” y una experiencia casi mística: “Edipo es una figura geométrica con muchas caras; no sabe cuál es la buena”.
Psicoanálisis y catarsis social
Para Mandracchia, Edipo Rey es “una terapia de psicoanálisis para toda la sociedad”, una invitación a mirarse en el espejo incómodo del destino y el autoconocimiento. “Toda la gente conocía la historia de Edipo, menos el propio Edipo”, recordó, apuntando a la actualidad de la tragedia en un mundo donde muchos prefieren vivir “ajenos” a las verdades incómodas.
Un festival más cercano a Roma
El director del Festival, Jesús Cimarro, calificó la semana como “atípica pero histórica” y celebró la colaboración con Roma como “un punto de inflexión” para Mérida. En la misma línea, la consejera de Cultura, Victoria Bazaga, subrayó que la representación supondrá “uno de los momentos más mágicos e importantes” de esta edición.
El portavoz del Ayuntamiento de Mérida, Julio César Fuster, fue más allá, reivindicando el teatro clásico como un espejo crítico: “No es un museo, sino un lugar donde se lanzan preguntas incómodas pero necesarias”. Fuster aludió a la tragedia como un grito contra la ignorancia, la soberbia y el miedo: “La verdadera tragedia no es el destino, sino no querer asumirlo”.






