bloque c aldea moret derribado

El tiempo pone y quita las razones

CÁCERESOPINIÓN
Comparte en redes sociales

Hace muchos años, cuando aún no se había construido el nuevo cuartel de la Guardia Civil de Cáceres y buscaban terrenos para hacerlo, un Consejero del Gobierno Autónomo de Extremadura, en conversación relajada conmigo, me vino a decir que quizá fuera bueno y eficaz, para un barrio considerado marginal, el que las nuevas instalaciones se implantarán en la zona. Evidentemente era solo un comentario hecho desde sus conocimientos urbanísticos y de ordenación del territorio (ni el Gobierno local ni el autonómico tienen competencias al respecto, competen al Gobierno central). Creí que aquello no iba en serio y me reí: “¿Cómo crees?, ¡cuando encima en el barrio viven muchas familias de la etnia gitana!”. El cuartel se construyó en el extremo opuesto de la ciudad, en la carretera que va a Madrid, cerca del Campus Universitario.

Solo más adelante entendí lo que quiso decirme. No se trataba tanto de juntar a gitanos y guardias civiles, como en el Romancero de García Lorca, sino de establecer unas pautas que pasan por interrelacionar, en lugares con algún tipo de situación de conflicto, unos colectivos distintos para intentar aliviarla. Meter al resto de ciudad en el barrio, ya que el barrio, en una buena parte, no parece sentirse incorporado a las formas convivenciales de la ciudad.

En la legislatura 2007/2011 lo intentamos. Lo intentamos con la construcción allí mismo de un nuevo centro educativo para personas discapacitadas, sustituto del ahora existente, viejo y obsoleto; lo intentamos con la edificación de bloques de viviendas para clases medias; lo intentamos con la abertura del barrio a través de una salida autónoma hacia la carretera de Badajoz; lo intentamos con la construcción de lugares de vida y esparcimiento como el nuevo Centro de Mayores y un hermoso Pabellón deportivo del que hasta la fecha carecía la barriada y lo intentamos al pergeñar la instalación de una residencia geriátrica en un antiguo bloque de viviendas (el Bloque C) que nos vimos obligados a clausurar (no sin antes haberle ofrecido a sus moradores otros lugares donde residir) debido a sus múltiples deficiencias sanitarias y de otros tipos. También con el Edificio Embarcadero y la planificación de sus actividades. Y el Garaje 2.0.

En esos cuatro años, unos proyectos salieron y otros no. En democracia se precisa de la aprobación de los representantes del pueblo y de los propios vecinos que (mejor o peor) serán los usuarios. Hubo dinero, salvo para la residencia geriátrica, ya que la empresa nacional interesada, con centros establecidos por toda España y que ya nos había presentado un proyecto, se echó atrás por la crisis económica del 2008. Necesitábamos la aportación privada pues era de todo punto imposible que las arcas municipales de un ayuntamiento con tan pocos ingresos como el de Cáceres, pudieran costearla. El colegio nuevo no se construyó porque la asamblea de padres opuso resistencia, no quería que sus hijos permanecieran en el barrio. Por dos veces el proyecto estuvo sobre la mesa junto a un presupuesto (la primera vez lo aportaba la entidad financiera, dueña de los terrenos donde ahora mismo está enclavado el centro, y la segunda, era de la Consejería de Educación, competente al respecto). Pero no se logró comenzar la obra por el empeño de algunos padres de construir en otros terrenos alejados del barrio. Aún no se ha hecho.

Capítulo aparte merece el Poblado Minero, santo y seña del lugar, como ustedes deben saber. Por su importancia, en otro momento hablaremos de él.


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *