nadia calvino espera que el pp actue con responsabilidad y sentido comun y apoye el decreto energetico
Comparte en redes sociales

Da la impresión de que las sanciones impuestas por la UE a Putin y a los oligarcas rusos, como respuesta a la invasión de Ucrania, en lugar de afectar negativamente al genocida ruso y a sus gentes, a quien están perjudicando con más intensidad es a los ciudadanos europeos.

A raíz de la invasión rusa de Ucrania, que comenzó hace 6 meses, los dirigentes de la UE, especialmente Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión y José Borrell el encargado de asuntos exteriores, aseguraban que las sanciones impuestas a Rusia iban a hundir en la miseria a este país y de paso a su principal dirigente.

Los efectos reales de las sanciones parece que, aunque afecten también a Rusia, a quienes están causando problemas en mayor medida es a los ciudadanos europeos, y a las industrias y al comercio de la vieja Europa. Da la impresión de que a los jerarcas de la UE les ha salido el tiro por la culata, con sus optimistas previsiones.

Los dirigentes y burócratas de la UE, parece que no han calibrado bien la posible respuesta de Rusia a las muy cacareadas sanciones. No han tenido en cuenta el grado de dependencia del gas ruso que afecta a muchos países europeos.

Los alemanes, especialmente, estarán lamentando el gran error cometido por Angela Merkel, presionada por los Verdes, de cerrar apresuradamente sus centrales nucleares, para pasar a depender del gas que controla Putin. Esta circunstancia también afecta a otros países, entre ellos España que también ha dado de lado a la energía nuclear, y ya compramos más gas a Rusia ¿dónde están las sanciones? que a su suministrador tradicional que era Argelia. Un radical cambio de posición de Pedro Sánchez respecto del Sáhara, llevado a cabo sin encomendarse a Dios ni al diablo, nos ha conducido a un enfrentamiento con los argelinos, que pagaremos antes o después.

La respuesta de Putin a las dichosas sanciones europeas ha sido, presionar con el suministro de gas, reduciendo cantidades y elevando precios, de modo que está llevando a varios países europeos al desabastecimiento, y a que, con vistas al próximo invierno, se vislumbre un escenario de restricciones y, aun siendo verano todavía, ya se empiecen a imponer medidas de ahorro.

Los dirigentes europeos en lugar de buscar repuestas eficaces para resolver el problema han recurrido a lo fácil. Y lo fácil es traspasar las consecuencias de sus graves errores a los ciudadanos, en lugar de buscar soluciones alternativas urgentes que sería lo razonable. Así que, pagaremos los de siempre.

De tal modo que aquellos que se equivocaron en sus previsiones, ahora aplican una gran diligencia en imponer restricciones a los ciudadanos y a las industrias y el comercio de la UE. Y es que, en su prepotencia, en lugar de pedir disculpas a los contribuyentes les imponen limitaciones al uso de la energía de cara al próximo futuro, que se avizora como duro para los europeos, sobre todo si se presenta un invierno frío.

Así apelando a una falsa solidaridad, y asumido por una sociedad aborregada y sin capacidad de respuesta, habremos de limitar las temperaturas de verano a 27 ºC y las de invierno a 19 ºC y buscar un ahorro del 15 % en el consumo de gas, en España parece ser que será el 7 %, solo para pagar los errores de una burocracia que no se entera de que hay sectores estratégicos de los que no se puede depender de terceros países, o bien la dependencia hay que reducirla a la mínima expresión. Ya que estos países suministradores, en cuanto tienen la sartén por el mango, nos imponen condiciones abusivas de precio y se permiten jugar con las cantidades a servir que es lo que en este caso está ocurriendo con el gas ruso.

Y no sólo va a suceder con el sector energético. Al sector agroalimentario con las políticas conservacionistas, fruto de un ecologismo infantil sin fundamentos, que propician la PAC y el Nuevo Pacto Verde Europeo, le va a ocurrir tres cuartos de lo mismo, cuando no podamos cubrir nuestras necesidades alimentarias al reducirse las producciones.

En España, además recurrimos al esperpento, que es un método muy útil para distraer la atención del personal de los graves problemas que nos afectan. Y en lugar de explicar a los españoles cómo se las van a arreglar para reducir la inflación galopante que nos abruma: 10,8 % en julio y 10,4 % en agosto, con una inflación subyacente del 6,1 % en julio y 6,4 % en agosto, se nos ocurren simplezas tales como la de que nos quitemos la corbata en verano, los que la utilicen claro – en invierno todos habremos de ponérnosla – según nos vende el presidente del Gobierno, o que nos pensemos lo que hay que sacar antes de abrir el frigorífico, solución de elevada inteligencia que aporta la ministra de la Transición Ecológica.

Esta ministra es un ejemplo de cómo cambiar de opinión en función de cómo sople el viento. Hace unas semanas aseguraba que en España no habría restricciones energéticas, porque nosotros somos los mejores ya que disponemos de unas reservas de gas de lo más elevado. Ahora con las nuevas normas europeas no las descarta. Con lo que es altamente probable que las haya.

Y como somos más papistas que el papa, desde el ejecutivo central, sin consensuar con ningún sector y especialmente con las comunidades autónomas que han de aplicarlo en sus territorios, se han sacado de la manga un decreto – ley de restricciones que más parece un confinamiento energético y que es el más duro y exigente de Europa. España y yo somos así, señora. Como lo redactan sin valorar sus consecuencias, ya están reculando en algunas restricciones de las propuestas inicialmente porque son sencillamente inviables o chocan con la legislación vigente.

Los españoles pasan de toda esta sarta de ocurrencias que nos proponen unos dirigentes que están superados, y lo único en lo que han pensado los ciudadanos, es en tomarse unas vacaciones, los que hayan podido, claro está, que en todo caso habrán sido más cortas y mucho más caras que las de otros años. Cosas de la inflación.


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *