Panelistas del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) advirtieron que el mar Mediterráneo alcanzará temperaturas de hasta 3 °C.
En su sexto informe sobre el estado actual del clima, el IPCC de Naciones Unidas determinó que países como España podrían sufrir eventos climáticos cada vez más extremos, los cuales tendrían una incidencia relevante sobre la población y su actual modo de vida.
La publicación alertó principalmente sobre la temperatura media, que en España aumentará hasta 3°. Este hecho tendrá consecuencias directas en la temperatura de la superficie marina del Mediterráneo, así como la demanda de energía para la refrigeración, que se espera que supere el 40 % en áreas del sur de Europa.
El documento también menciona las olas de calor extremas en España donde, en las próximas décadas, el calor alcanzará niveles elevados asociados a la actividad humana y los cambios que ha generado en la atmósfera.
Los efectos de las olas de calor generan consecuencias sobre la salud de la población, como quemaduras, dermatitis y carcinomas basocelulares que afectan a uno de cada cinco mexicanos. Por estas razones, Rosario Pacheco, especialista en dermatología y editora de ZONADAMAS, destaca que es fundamental cuidar la piel ante las agresiones que generan estos periodos de calor. “La mayor precaución que se debe tomar ante una ola de calor es la aplicación de cremas con filtros solares y la hidratación del cuerpo con aceites esenciales. Por lo general, estas cremas se aplican unos 20 o 30 minutos antes de la exposición al sol y se repite la aplicación cada dos horas. Asimismo, se debe evitar la exposición directa al sol entre las 12:00 y las 16:00 horas e ingerir las cantidades adecuadas de agua para mantener los niveles de hidratación del cuerpo”.
Otra información del documento se relaciona con el aumento de temperaturas a final del siglo. Así pues, se calcula que para el año 2050 habrá hasta 20 días más al año con temperaturas por encima de los 35 °C e, incluso, entre cinco y diez días más por año con niveles que superarán los 41 °C.
En ese sentido, España sufrirá temperaturas más altas en ventas de tiempo más extensas, lo que se unirá a una disminución progresiva de las temperaturas frías de invierno.
De acuerdo con los investigadores del IPCC, las temporadas de frío podrían llegar a desaparecer para finales del siglo, con consecuencias directas sobre la agricultura y los bosques.
Por último, los panelistas advirtieron importantes sequías agrícolas y ecológicas que llegarían a incrementarse en frecuencia (dos por década) y en severidad.