España y Portugal proponen a Bruselas limitar a 30 euros el precio del gas

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Los gobiernos de España y Portugal han presentado una propuesta preliminar a la Comisión Europea que establece un precio de referencia para el gas de 30 euros el megavatio (MWh) con el fin de abaratar el precio de la electricidad. Así lo ha confirmado la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, durante su visita a la comarca de El Bierzo (León), donde ha presentado el proyecto ‘La Térmica Cultural’ en las instalaciones de la central térmica de Compostilla I. Ribera ha dejado claro que se trata de una propuesta conjunta formulada por ambos gobiernos y sujeta a la negociación con las autoridades europeas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez anunció el lunes que esta misma semana España y Portugal presentarían a Bruselas una medida «excepcional y temporal» para fijar un precio de referencia del gas, tras lograr en el Consejo Europeo del viernes una ‘excepción ibérica’ que permita abaratar los precios de la electricidad en ambos países.

Pese a todo, ahora se abre un pulso con las autoridades europeas. Aunque Bruselas se ha comprometido a ser flexible para permitir la que se ha dado en llamar “excepción ibérica”, existen diferencias sobre el precio tope. Los 30 euros a los que apuntan los gobiernos se traducirían en un precio de la electricidad en torno a los 100 euros/MWh. Por su parte, la Comisión no quiere que el diferencial entre el precio mayorista ibérico y el resto de países de la UE sea muy grande, para evitar poner en evidencia el actual sistema marginalista o que haya una avalancha de países que quieran apuntarse al mismo.

Por el momento, el sistema pactado consiste en hacer dos subastas diarias: una igual a las que se celebran ahora, con el precio real del gas que, por ser el más elevado, marca el precio marginal al resto de energías (nuclear, hidroeléctrica y renovables) y que regiría para las comercializadoras que importen desde Francia. Y una segunda subasta, para uso interno o doméstico, en que se pondría un límite al precio del gas que va al pool y cuya diferencia se prorratearía o distribuiría entre todas las horas y pagaría la demanda.

De esta manera, la generación con gas (que no llega al 20% de la misma) cobrarían el coste real, esto es, no trabajaría a pérdida, pero tampoco marcaría el precio marginal elevado para el resto de energías, que suman el 80% restante. El consumidor pagará el gas a su precio pero no el resto de las tecnologías a precio del gas.

Vía 5 Días


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