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Extremadura, memoria de piedra con cinco tesoros que regresan a su casa, el Museo de Cáceres

Paco de Borja, Cáceres, 21 de mayo de 2025.- En el corazón del Museo de Cáceres, donde las bóvedas del tiempo custodian el alma de esta tierra, la exposición “Extremadura, una historia grabada en piedra” ha abierto sus puertas como quien abre un cofre milenario. Cinco piezas únicas, viajadas y veneradas, retornan al lugar que las vio surgir del subsuelo de la historia. Este miércoles, bajo la mirada atenta de autoridades, arqueólogos y ciudadanos amantes del arte, se selló con emoción esta suerte de reencuentro entre el legado y su gente.

La consejera de Cultura, Victoria Bazaga, encabezó el acto de inauguración rodeada por un elenco institucional que representa lo mejor del trabajo colectivo: el alcalde Rafael Mateos, la directora del museo Raquel Preciados, expertos como Javier Heras y Félix Palma, y la comisaria de la muestra, Adela Rueda, que junto a Hipólito Collado ha hilvanado una narrativa arqueológica que va más allá de la piedra: nos interpela como extremeños.

La muestra llega precedida del éxito que cosechó en Madrid, en la Sala de Novedades del Museo Arqueológico Nacional, donde fue visitada por más de 10.000 personas. Ahora, en el salón de actos del museo cacereño, cobra un nuevo sentido: el del regreso a casa. “Aquí es donde adquiere razón de ser”, defendió Bazaga, en una intervención que alternó el discurso político con la emoción genuina. “Podrían haber sido cincuenta piezas en vez de cinco”, dijo, subrayando la inabarcable riqueza patrimonial de Extremadura.

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Los protagonistas de esta exposición no necesitan palabras: el verraco vetón de Valdecañas, los relieves visigodos de la finca Benavides, las estelas de Galavís y Navalvillar de Pela, y el grifo romano, emergen de su silencio milenario para recordarnos quiénes fuimos. Cada uno guarda una historia que no solo se lee en la piedra, sino también en lo que representa: un hilo invisible que une civilizaciones, paisajes y generaciones.

Pero esta exposición no solo mira al pasado. Bazaga lo dejó claro: “Estamos inmersos en una política activa de recuperación, proyección y retorno del patrimonio. Primero a casa, luego al mundo.” Extremadura quiere que su memoria viaje y dialogue con otras culturas, pero también quiere reivindicar el lugar donde esa memoria fue esculpida.

El acto sirvió también para lanzar un mensaje claro hacia el horizonte del proyecto Cáceres 2031, candidatura a Capital Europea de la Cultura. Porque no se puede aspirar a representar Europa sin abrazar primero lo propio. Y lo propio, en esta tierra, está hecho de piedra, de barro, de hierro y de alma.

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La muestra, más que una exposición, es una declaración de intenciones: la de un pueblo que reivindica lo suyo sin complejos y que entiende el patrimonio no como adorno del pasado, sino como motor del futuro. Un patrimonio que no solo es bello, sino útil, generador de empleo cualificado, de investigación, de turismo de calidad. De respeto por lo que fuimos para saber mejor quiénes queremos ser.

El Museo de Cáceres se convierte así en altar y escenario. En él, las piedras hablan. Y nosotros, por fin, aprendemos a escucharlas.

La exposición puede visitarse hasta el mes de julio en el Museo de Cáceres. Entrada gratuita.