maria ganadora 21D

Extremadura vota cambio… pero hereda un laberinto: Guardiola gana, Vox manda y el PSOE implosiona con Unidas Podemos, satisfecha

Editorial  Digital Extremadura

Extremadura, 22 de diciembre de 2025

La región extremeña despierta con un mapa azul intenso, un socio incómodo y un PSOE convertido en sombra. El 21-D deja una victoria que no asegura gobierno y una derrota que marca época.

Extremadura habló con claridad, pero el mensaje tiene doble filo.

El Partido Popular vence, a cuatro escaños de la ansiada mayoría absoluta y certifica el hundimiento socialista más duro en cuatro décadas. Pero esa victoria no despeja el horizonte: María Guardiola no podrá gobernar sin la llave —afilada— de Vox, que sale de las urnas con más fuerza, más votos y más ganas de marcar territorio.

La izquierda, por su parte, se fractura, sufre y resiste solo en los márgenes.

Los comicios que debían resolver un bloqueo han entregado, en realidad, otro más complejo.

El PP puede celebrar el golpe electoral, el vuelco sociológico y el final de la hegemonía socialista en su propio feudo. Pero aquí se acaban las buenas noticias. Los populares suben, sí. Ganan por goleada, también. Pero se quedan a cuatro escaños de gobernar solos, y Vox —reforzado hasta los 11 diputados— ha dejado claro que no piensa regalar ni una abstención.

La noche del 21-D deja a Guardiola más fuerte… y más atrapada que nunca.

La ultraderecha extremeña firma su mejor resultado y envía un aviso sin matices: o hay acuerdo con poder real, o no hay acuerdo.
El choque entre Génova y Bambú fue inmediato. Las acusaciones, los dardos y la batalla por el relato arrancaron antes de que los interventores salieran de los colegios.

Vox ya no es el socio menor: es el árbitro, el veto y la amenaza de repetición electoral.

Lo que ocurrió anoche con el PSOE fue más que una derrota. Fue un desfondamiento histórico. El partido de Gallardo perdió escaños, voto y presencia territorial. El último bastión socialista del suroeste se desmoronó en apenas 30 meses de desgaste nacional.

Y la lectura es inevitable: el castigo no fue a Gallardo, fue a Sánchez. En Mérida, el PSOE ya asume una travesía en el desierto.

Y por último, Unidas por Extremadura. La coalición mantiene 7 escaños, algo casi impensable en un ciclo adverso. No condiciona la gobernabilidad, pero conserva un nicho de voto social, combativo y estable. Es la única fuerza a la izquierda capaz de levantar algo entre los restos del derrumbe socialista. Pero su papel será simbólico: la partida se juega en el tablero azul y verde.

LUPA DEx 

No hay mayor inestabilidad que una victoria sin poder

El 21-D no definió un futuro: lo complicó.

  • El PP gana, pero no gobierna.
  • Vox crece, pero no manda solo.
  • El PSOE cae, pero arrastra a toda la izquierda.
  • Extremadura entra en una fase de tensión institucional inédita.

El bloqueo que justificó la repetición electoral… puede desembocar en otra repetición electoral.
Una región cansada, una ciudadanía harta y una clase política jugando a romper cristales con la casa dentro.

Extremadura votó cambio. Lo que ha llegado es una negociación a vida o muerte.