Reclama diálogo entre el Gobierno y las eléctricas para evitar “una decisión catastrófica” que afectaría al empleo, la industria y la igualdad territorial
R. DEx, 14 de octurbe de 2025.- El presidente de la plataforma ciudadana ‘Sí a Almaraz’, Fernando Sánchez, ha pedido al Gobierno central que abra una mesa de diálogo con las empresas propietarias de la central nuclear de Almaraz “para evitar un cierre que sería un auténtico fiasco para Extremadura y para el conjunto de España”.
Sánchez advierte de que la clausura de la planta supondría “un golpe demoledor para el entorno local, la economía regional y la seguridad energética del país”, y ha reclamado “coherencia con las decisiones europeas y con el principio de igualdad territorial”.
“No puede haber territorios de primera y de segunda”
El presidente de la plataforma recuerda que Almaraz genera el 7% de la electricidad nacional y que su cierre afectaría especialmente a comunidades como Madrid, donde abastece hasta el 15% del consumo.
“Cerrar una industria estratégica como esta tendría consecuencias nefastas en el precio de la luz, la economía y la industria nacional. España no puede permitirse ese lujo”, subraya Sánchez.
A su juicio, “Europa está caminando en sentido contrario”, apostando por extender la vida útil de las centrales, mientras en España “se pretende clausurar una instalación segura, moderna y clave para la estabilidad del sistema eléctrico”.
Equilibrio territorial y justicia social
Desde la plataforma insisten en que su objetivo “no es generar enfrentamientos”, sino defender la justicia económica y social en una región que “lleva décadas sufriendo despoblación y falta de oportunidades”.
“Extremadura no puede seguir siendo el laboratorio de los experimentos energéticos. Lo que pedimos es coherencia, diálogo y un trato justo para esta tierra”, concluye Sánchez.
Lupa DEx | Almaraz, el corazón energético del oeste
La Central Nuclear de Almaraz, situada junto al embalse del mismo nombre, produce cada año más de 16.000 millones de kilovatios hora, equivalente al consumo eléctrico de más de cuatro millones de hogares.
Su cierre, previsto en el calendario estatal de desmantelamiento nuclear, sigue generando debate político, social y económico en Extremadura.
Mientras los defensores del cierre apelan a la transición verde y a la sostenibilidad, sus detractores reclaman equidad territorial y seguridad energética en un país que aún depende de los combustibles fósiles.