R. Dex, Guadalupe, 24 de agosto de 2025.- Un varón de 66 años ha resultado herido de carácter grave tras sufrir una cornada en la Plaza de Santa María de Guadalupe durante los festejos taurinos celebrados este pasado sábado.
Hasta el lugar acudieron efectivos de la Guardia Civil y una unidad medicalizada de emergencias con base en Cañamero, que estabilizó al herido antes de su traslado urgente al Hospital Universitario de Cáceres. El estado del hombre es grave,
El suceso se produjo en los compases finales del último festejo de este año. El animal, imponente por su tamaño, ya había recorrido las calles de la localidad en el tradicional encierro de La Candelera. A diferencia de otras ocasiones, en las que primero son lidiados en la plaza y después soltados al recorrido urbano, se optó por hacerlo en orden inverso. Al regresar al coso, y cuando restaba la lidia popular, el toro embistió en la esquina superior de la plaza.
El astado embistió a dos hombres pero la peor parte se la llevó un vecino de Logrosán, que recibió una cornada de 24 centímetros: la trayectoria de la herida atravesó la pierna, dañando la arteria femoral, y salió por el abdomen, afectando además a órganos internos.
En la enfermería portátil fue atendido en primera instancia por los médicos presentes en el festejo, con el apoyo de Guardia Civil y Cruz Roja. La primera intervención de urgencia, de tres horas, logró contener la hemorragia.
Posteriormente, la Unidad Medicalizada de Emergencias de Cañamero (UME 5.2) lo trasladó al Hospital Universitario de Cáceres, donde permaneció apenas dos horas. Debido a la gravedad de las lesiones y la infección provocada por la cornada en las vísceras, fue derivado a Badajoz en la madrugada del domingo, donde fue sometido a una segunda operación. Su estado continúa siendo grave.
El Ayuntamiento de Guadalupe decidió suspender el festejo tras la cogida. “Solo había una ambulancia, como obliga la normativa, y no podíamos arriesgarnos a que ocurriese algo más”, explicó el alcalde de la Puebla guadalupana.
Cabe recordar que, horas antes, otro varón de unos 60 años, natural de Guadalupe, también resultó herido por la embestida de un novillo, sufriendo lesiones en el rostro y la rotura de una costilla.
Lupa DEx
La cogida de Guadalupe pone sobre la mesa la fragilidad de la línea que separa tradición y tragedia. Los festejos taurinos populares forman parte de la identidad de muchos pueblos extremeños, pero también exponen a vecinos y visitantes a riesgos extremos que a menudo se asumen como inevitables.
La imagen viral de un hombre gravemente herido recuerda que la épica del toro no debe eclipsar la seguridad de las personas. Democratizar la cultura taurina, como cualquier otra, implica también reflexionar sobre protocolos, asistencia médica y límites. La fiesta es memoria y emoción, pero ninguna tradición debería pagarse con sangre.