En Extremadura hay una gran devoción por la Virgen de Guadalupe y la misma advocación se trasladó a Méjico donde se venera por los mejicanos con entusiasmo. Son muchas las canciones que con profundo respeto cantan niños y mayores destacando su cara morena. “Morenita la quiero, desde que supe, que morena es la Virgen de Guadalupe”.
Además de Patrona de Extremadura, recibió en 1928 el título de Reina de las Españas y Patrona de la evangelización del Nuevo Mundo porque Cristóbal Colón recibió en el santuario el Decreto de los Reyes Católicos que le permitió emprender el viaje del descubrimiento. El Real Monasterio de Guadalupe es Patrimonio de la Humanidad. Está enclavado en los Valles de las Villuercas-Ibores muy cerca del Geoparque que contiene más de cuarenta lugares de gran interés geológico. El pueblo que tiene el mismo nombre, Guadalupe es un lugar de encanto y un remanso de paz.
La Organización Mundial de Turismo acaba de premiar a este bello municipio como uno de los Mejores Pueblos Turísticos del año 2022. Un acierto de esta Organización.
El Monasterio que también lleva este nombre es grandioso. Cuenta la historia que la imagen que hoy se venera fue encontrada por un pastor que la rescató de un lugar cerca del rio. La Sacristía de la iglesia es una verdadera obra de arte, se la llama pequeña Capilla Sixtina Aquí recibió Cristóbal Colón el Decreto de los Reyes Católicos para el viaje del Descubrimiento. A su regreso lo primero que hizo fue volver al pueblo y al Santuario para agradecer a la Virgen su protección.
El himno dedicado a ella es un modelo de grandeza. Se la llama Augusta Reina y su estrofa final es grandiosa:” Bajo los pliegues de tu bandera…. Es nuestro mundo la tierra entera….” No hay que olvidar que los extremeños han sido siempre ciudadanos del mundo. Lo prueba el arrojo y decisión de los conquistadores, Pizarro, Cortés y otros tantos lugareños que se embarcaron con valentía a la conquista de un mundo desconocido, a buscar una nueva tierra sin saber cuál sería su destino. Un poema anónimo dice: dejaron a su gente, sus amigos y amores, se embarcaron en barcas muy precarias, a encontrar tierra extraña, el olor de otras flores, tal vez nuevos amores.
La escritora Israel J. Espino, especialista en antropología de las religiones, publicó no hace mucho un libro en el que recogía 50 lugares mágicos de Extremadura, señalando que era una pequeña porción de la inmensa cantidad de sitios de gran interés artístico e histórico que pueden encontrarse en esta bella región, entre ellos el precioso pueblo de Guadalupe. El santuario fue uno de los más visitados por los españoles que rezaban antes de dar las batallas contra los musulmanes y el pueblo cuenta con recursos culturales, sostenibilidad social y ambiental.
La Virgen se trasladó a Méjico apareciéndose al indio Juan Diego en el monte Tepeyac. Cuando el buen hombre relató la aparición con tanta fe, decidieron los vecinos construir una ermita en aquel lugar y el pueblo mejicano le profesa una inmensa devoción. Pio XI la proclamó Patrona de todas las Américas y el papa Juan XXIII, Misionera del Nuevo Mundo. Muchos son los milagros que se cuentan e incluso se han realizado estudios sobre los ojos de la Virgen Mejicana que se reflejan en el cuadro, en el que algunos científicos han advertido figuras en miniatura sobre 7 – 8 milímetros, que se parecen a personajes de la época.
Sea o no creíble este hecho, lo que si puede decirse es que el pueblo contiene gran belleza y las dos imágenes de la Virgen son muy veneradas. Algunos europeos, poco cultivados, dicen que Guadalupe es el nombre de una isla y es verdad, esa pequeña tierra de las Antillas en el Caribe tomó este nombre afrancesado, se llama isla de Guadoloupe, recordando al pueblo extremeño y a la Patrona de Extremadura y de Méjico.
Es una gran noticia, que enorgullece a sus habitantes que este lugar tan especial haya obtenido un premio, considerándole como uno de los Mejores Pueblos Turísticos del año en curso. Una declaración de Justicia.