El PP extremeño se suma en masa a la protesta nacional ‘Mafia o democracia’, con María Guardiola denunciando el “entramado corrupto” que, asegura, salpica al presidente del Gobierno y a su entorno
Madrid, Plaza de España. Domingo 8 de junio. Bajo el lema ‘Mafia o democracia’, el Partido Popular convirtió el centro de la capital en un gran altavoz contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Entre los discursos encendidos y la simbología de los antiguos gobiernos populares, una voz sonó con particular fuerza: la de María Guardiola, presidenta de la Junta de Extremadura, que no dudó en denunciar que su tierra vuelva a ocupar titulares “por culpa de la corrupción que rodea al presidente y a su familia”.
Acompañada por una amplia delegación del PP de Extremadura, Guardiola se situó en primera fila de la concentración, junto al líder nacional Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez-Almeida, y los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy.
Una Extremadura que “no se resigna”
En su intervención, la dirigente extremeña lamentó que “una comunidad trabajadora, honesta y olvidada durante años” tenga que verse asociada ahora “a tramas que no nos representan”.
“No somos el fango que pisa Pedro Sánchez ni la tapadera de su silencio. Somos una región con principios y con dignidad, y vamos a levantar la voz”, sentenció entre aplausos.
Guardiola también cargó contra Miguel Ángel Gallardo, líder regional del PSOE, al que acusó de formar parte del “entramado de opacidad y clientelismo que protege a los suyos y desprecia a los ciudadanos”.
Una plaza dividida entre cifras y consignas
Mientras desde el PP se hablaba de más de 100.000 asistentes, la Delegación del Gobierno rebajaba la cifra a entre 45.000 y 50.000 personas. Lo cierto es que la Plaza de España se llenó desde las 11:00 de la mañana, con DJ Pulpo animando a los presentes al ritmo de consignas como “¡Pedro Sánchez, dimisión!” o “¡Democracia, dimisión!”.
Feijóo, visiblemente arropado, hizo un llamamiento directo a “rebelarse contra la degradación del Estado”, pidiendo a los ciudadanos “una revolución de la decencia y la libertad” que, según él, debe comenzar en las calles y concluir en las urnas.
“No podemos seguir callando mientras los que gobiernan se blindan en la mentira y el abuso”, clamó.
Una revolución con aroma a campaña
La protesta, que formalmente se enmarcaba como acto de denuncia ciudadana, se convirtió en un preludio electoral evidente, con líderes populares pidiendo a Sánchez que “tenga el coraje de convocar elecciones” y advirtiendo que “la paciencia de los españoles tiene fecha de caducidad”.
El mensaje quedó claro: el PP pretende capitalizar el malestar social, la indignación ante los casos de corrupción y la sensación de desgaste del Gobierno central para abrir paso a un nuevo ciclo político. Y Guardiola, desde su tribuna extremeña, ha decidido no quedarse al margen.
Extremadura, presente en la batalla nacional
Lo que ocurrió este domingo en Madrid no fue solo una protesta más. Fue, para el PP, una declaración de intenciones. Y para María Guardiola, una forma de posicionar a Extremadura como tierra de firmeza ética en un contexto nacional crispado.
Con los focos puestos sobre Sánchez, su familia y sus alianzas políticas, la presidenta extremeña reclamó espacio, voz y respeto:
“No vamos a ser noticia por lo que otros hacen mal. Vamos a ser noticia por lo que estamos decididos a hacer bien”.
