Acusaciones cruzadas sobre corrupción, bipartidismo y pactos con el PSOE marcan un pleno cargado de tensión y reproches ideológicos.
R. DEx, Mérida, 19 de junio de 2025.- El pleno de la Asamblea de Extremadura de este jueves se convirtió en un auténtico campo de batalla verbal en torno a la corrupción, la transparencia y la gestión de lo público.
La presidenta de la Junta, María Guardiola, defendió con contundencia que su Ejecutivo es “transparente y cumple escrupulosamente la normativa”, mientras lanzaba duros ataques contra el PSOE nacional, al que definió como “una organización criminal que está hasta las cejas de corrupción”.
Las declaraciones fueron la respuesta a la intervención de Irene de Miguel, presidenta del grupo parlamentario Unidas por Extremadura, quien reprochó a Guardiola su “doble vara de medir” y le instó a aplicar “cortafuegos reales” contra la corrupción en su gobierno. De Miguel fue directa: pidió una auditoría externa sobre todos los contratos y adjudicaciones vinculados a las empresas mencionadas en el reciente informe de la UCO, por su supuesta relación con los papeles de Bárcenas.
De Miguel: “No ponga la mano en el fuego por nadie”
Durante su intervención, De Miguel recordó que el PP fue señalado en el caso Gürtel como una organización delictiva y mencionó la existencia de “sobres en B” y cuentas millonarias en Suiza. Criticó el discurso moralista de Guardiola, al tiempo que cuestionó si los nombramientos de altos cargos en su Ejecutivo se habían hecho con ingenuidad o con conocimiento de causa.
“La corrupción no se combate con discursos ni con superioridad moral, sino con medidas, con hechos”, insistió, advirtiendo que el sistema está contaminado “independientemente de quién gobierne”. Para De Miguel, el verdadero problema estructural es el bipartidismo, y el resultado, “una rueda de corrupción que no se detiene”.
Guardiola: “Ustedes callaron cuando gobernaban con los más corruptos”
La respuesta de la presidenta fue tan directa como áspera. Guardiola acusó a De Miguel de tapar la corrupción del PSOE con ataques al PP y sostuvo que “el verdadero problema de España se llama Pedro Sánchez”. Defendió que su gobierno “está libre de Ábalos, de Koldos y de Cerdanes”, y recalcó que la normativa de transparencia y buen gobierno se cumple “al detalle” en la Junta de Extremadura.
“Jamás miraré para otro lado. Y menos aún como ustedes hicieron cuando formaban parte del gobierno más corrupto de la democracia”, espetó Guardiola, quien además recordó a Podemos su pasado con “Monedero, Errejón y sus maniobras”, reprochando además el silencio de De Miguel ante los audios del caso Koldo.
Con un tono abiertamente confrontativo, Guardiola acusó a Unidas por Extremadura de complicidad política con el PSOE: “Le hicieron presidente, le aguantaron y ahora le mantienen”.
Comentario editorial
Un pleno más para el archivo del desencuentro
Si algo dejó claro el debate parlamentario del jueves es que la palabra “corrupción” se ha convertido en munición política de uso diario. Lejos de ofrecer un espacio para consensuar medidas reales de control, la Asamblea se ha transformado —una vez más— en una cámara de ecos donde los reproches históricos sustituyen al presente.
La transparencia no se defiende con arengas ni se protege solo con el reglamento. Se construye con voluntad política, control externo y ejemplaridad institucional. Y ninguna de las fuerzas, ni del bloque conservador ni del progresista, puede considerarse inmune sin un ejercicio de autocrítica y sin abrir las ventanas de sus despachos. Porque, en definitiva, lo que menos soporta la corrupción es la luz.