La presidenta logra 29 escaños y abre una negociación a cara de perro con un Vox crecido. Gallardo firma la noche más negra del PSOE en su feudo histórico.
Redacción DEx, Extremadura, 22 de diciembre de 2025.
El PP vence con contundencia en Extremadura, pero el triunfo llega con una letra pequeña que lo condiciona todo: María Guardiola no podrá gobernar en solitario y vuelve a depender de Vox, que se dispara hasta los 11 diputados y pone precio a cualquier entendimiento.
El PSOE se hunde, pierde 10 escaños y cede el bastón de mando sociológico en una región que ha sido su gran refugio desde la Transición. El mapa político aparece irreconocible, la participación se desploma y el clima postelectoral apunta a semanas de tensión, recelos y avisos cruzados.
La victoria amarga del PP

La mayoría absoluta, a cuatro. La gobernabilidad, otra vez en manos de Vox.
En la sede popular no esconden el desconcierto. El partido aspiraba a un golpe de autoridad que justifique la repetición electoral forzada por Guardiola tras tumbar los Presupuestos. Pero esa apuesta deja un sabor agridulce: el PP sube, pero Vox se dispara y la región queda igual o más bloqueada que antes.
Vox doblega expectativas y muestra músculo

Su mensaje durante la campaña fue claro: respeto, visibilidad y poder real. Y los números les acompañan.
Su primer reflejo tras el recuento fue de confrontación pura: “Los votantes de Vox no serán invisibilizados ni traicionados”, advirtió Abascal, en respuesta directa a los dardos de Guardiola, que le pidió una “lectura sosegada” del resultado y deslizó que no sabe si llamar “al señor Óscar o a Abascal”.
El choque es frontal. Y apenas ha empezado.
El PSOE se derrumba: la peor noche de su historia

La candidatura de Miguel Ángel Gallardo cae a plomo:
- 10 escaños menos
- Más de 14 puntos de pérdida
- Un mapa teñido de azul salvo contadas excepciones
- Y un mensaje claro desde Ferraz: Sánchez es el gran señalado
En el PP ya celebran el relato: “Si el PSOE no sube aquí, no sube en ningún sitio”.
La caída extremeña abre una herida profunda en la estrategia socialista para los próximos meses.
Unidas por Extremadura: resistencia entre ruinas

Su resultado no altera la gobernabilidad, pero marca una señal clara: su electorado permanece estable incluso en un ciclo completamente adverso.
La coalición mantiene presencia, discurso y foco social, pero queda relegada a mera observadora de una partida que se juega fundamentalmente en la pugna PP–Vox y en la implosión socialista.
Una campaña torpe y un riesgo que sale regular
Guardiola apostó por una campaña sin exposición pública, sin grandes mítines y con escasa presencia mediática. Un error, admiten voces del propio partido.
A ello se sumó:
- el ruido del robo de votos en Fuente de Cantos, que el PP convirtió en escándalo político y la Guardia Civil en “robo común”,
- la ausencia en el debate electoral de RTVE, muy criticada,
- y el choque constante con Vox, que llenó titulares durante dos semanas.
El PP soñó con la absoluta. Estuvo cerca. Pero el tracking engañó y el recuento fue un baño de realidad.
La gobernabilidad, otra vez secuestrada
El PP suma más que toda la izquierda junta. Eso le permite intentar un gobierno con solo la abstención de Vox.
Pero Vox no es de abstenerse gratis. Y Vox, esta vez, tiene más fuerza.
Repetición electoral en el horizonte. Más ruido. Más tensión. Un déjà vu que la ciudadanía observa con creciente cansancio.
LUPA DEx
Un mapa azul, una región en vilo y una derecha fracturada
El 21D deja una región políticamente desfigurada, con tres actores en la derecha que no se soportan entre sí:
- Un PP que gana pero no consigue la hegemonía que exigía.
- Un Vox crecido y con ganas de cobrarse todas las cuentas pendientes.
- Un PSOE trasquilado que encaja un golpe generacional y emocional en su feudo.
Bajo la lupa, tres claves:
1. La fractura a la derecha es más profunda que en 2023
Guardiola y Abascal han cruzado líneas rojas públicas.
El clima es casi personal.
Cada escaño de Vox es ahora una herramienta de presión.
2. La izquierda se queda sin relato
La caída del PSOE no tiene paliativos.
El votante rural se abstiene o migra.
La marca Sánchez pesa como una losa.
3. Extremadura entra en territorio inestable
Las próximas semanas serán de vetos, órdagos y recelos.
Todo apunta a una negociación de “a cara de perro”, como ya advierten ambos lados.
Y no está descartada la repetición electoral, que ya flota en los pasillos de Mérida.
Conclusión
Extremadura despierta con un resultado que parece claro, pero no lo es.
El PP gana con rotundidad.
Vox sube y condiciona todo.
El PSOE se hunde.
Y la gobernabilidad vuelve a estar en el alambre.
Una región que vota cambio… pero que, otra vez, podría quedar atrapada en sus propias tensiones.






