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Guardiola: “No se necesitan pinganillos, se necesitan respuestas”

EXTREMADURA
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Guardiola alza la voz en Barcelona: elecciones, energía y vivienda en el centro de su alegato

La presidenta de la Junta reivindica el papel de Extremadura en el Estado y exige al Gobierno medidas concretas frente al apagón institucional, energético y habitacional

La calle no pide pinganillos, pide urnas

Con un tono firme y sin rodeos, la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, se plantó este viernes en la XXVIII Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona para lanzar un mensaje directo a Pedro Sánchez: “No hacen falta pinganillos para escuchar lo que dice la calle”. Y lo que dice, asegura, es que “pide elecciones”. La líder extremeña no se limitó a los símbolos ni a las formas: trajo al foro nacional las demandas de una región que, según sus palabras, “produce mucha más energía de la que consume, pero sufre un apagón político continuado”.

El contexto era institucional, pero el discurso fue netamente político. Guardiola dejó claro que las Comunidades Autónomas no son meros satélites del Gobierno central: “Somos parte esencial del Estado, no administraciones periféricas que cumplen expediente”. La presidenta quiso subrayar que hay territorios —como el suyo— que cumplen, generan y sostienen, pero que reciben a cambio el silencio de La Moncloa y la falta de inversiones clave.

Almaraz, símbolo de una energía silenciada

El mensaje más contundente de su intervención llegó con nombre propio: Central Nuclear de Almaraz. Guardiola la defendió no solo como infraestructura clave para Extremadura, sino como pieza esencial del puzle energético nacional: “Es vital para la seguridad del suministro, para la economía regional y para la estabilidad del sistema eléctrico de todo el país”.

La presidenta lamentó el escaso eco de sus reiteradas propuestas para reforzar la red de transporte eléctrico y denunció que la falta de subestaciones y líneas de alta tensión están lastrando el desarrollo industrial de Extremadura. “Nos impiden despegar”, dijo, “mientras el Gobierno responde con tibieza a nuestras propuestas”. Recordó además el ‘cero energético’ sufrido en abril como una señal inequívoca de que el sistema no solo falla, sino que ignora las advertencias.

Vivienda: de las promesas grandilocuentes a las demandas reales

María Guardiola también aprovechó el foro para poner el dedo en otra de las llagas del actual Ejecutivo: la política de vivienda. Denunció el viraje del Gobierno central, que ha pasado de anunciar 180.000 nuevas viviendas a presentar un plan de 7.000 millones que “ni se concretan ni se traducen en ladrillos”. Frente a los titulares vacíos, defendió medidas realistas y adaptadas al territorio.

Extremadura, dijo, no necesita cifras grandilocuentes, sino “apoyo financiero para levantar vivienda asequible, rehabilitar en pueblos y garantizar un techo digno sin miedo a la ocupación”. Reclamó, además, un cambio legislativo que frene este fenómeno, al que definió como “una cuestión de justicia, no de ideología”.

Una voz periférica que pide centralidad

En la Conferencia de Presidentes, María Guardiola no quiso ser mera espectadora. Su intervención no fue protocolaria ni complaciente. Habló por una región que siente que da más de lo que recibe. Pidió escucha, soluciones y respeto. Y, sobre todo, exigió que Extremadura deje de ser tratada como territorio de paso y se le reconozca como “una tierra esencial para el presente y el futuro de España”.

 


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