La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido ha señalado que una advertencia de esta gravedad supone riesgo para la salud y vida de las personas, no solamente las más vulnerables. Se ha pedido a la población que cambie esos días sus hábitos de trabajo y sus rutinas, para evitar exposiciones al sol y las horas punta de calor. En las zonas que no cubre la alerta roja, sigue en vigor la ámbar, un nivel por debajo en lo que a gravedad se refiere.

Las autoridades han pedido a la población que se mantenga constantemente hidratada, y que vigile en todo momento el estado de las personas mayores o con problemas de salud. Los hospitales se preparan ya para un incremento del número de ingresos durante los días señalados; las compañías ferroviarias preparan planes de contingencia para posibles alteraciones del horario de viajes, por la necesaria reducción de velocidad, y en las carreteras se ha comenzado a extender arena para evitar que el asfalto se derrita.

El Ministerio de Cultura y Deportes ya ha contactado con los organizadores de eventos deportivos masivos, por ejemplo los partidos de la Eurocopa Femenina 2022, para que tengan presente la emergencia, y preparen dispositivos de alivio para los espectadores.

“La gente puede pensar que son temperaturas llevaderas, las mismas a las que se enfrenta cuando se va de vacaciones a España”, ha dicho el meteorólogo Aiden McGivern al diario The Times. “Lo cierto es que en el Reino Unido no estamos acostumbrados a estas cifras. Ocurre en muy raras ocasiones, y ya sabemos el impacto que pueden tener en la salud de la gente, incluso en los más sanos”.

El récord de temperatura máxima en el Reino Unido se registró en el verano de 2019 en la localidad de Cambridge, con 38,7º. Las previsiones sugieren que la cifra se superará en los próximos días.

Vía EL PAÍS