emprendimiento jóvenes

J. Hernández lo tiene claro: “me veo en mi tierra porque soy fiel a mis raíces y amo sus tradiciones”

CÁCERESCOMERCIO LOCAL
Comparte en redes sociales

Juan José es un joven cauriense, de tan solo 20 años, que ve su futuro en Extremadura. Asegura ser fiel a sus raíces y querer montar su propio negocio: una gran mercería, y dar clases de confección.

Sus diseños dejan clara su seguridad: volantes, estampados, garra y valentía. Un joven extremeño, mitad coriano, mitad torrejoncillano, que desde los 16 años ha tenido una necesidad imperiosa por crear.

Diseño de falda floral de J. Hernández
Diseño de falda floral de J. Hernández

Al inicio de la entrevista, sentencia: “la moda no solo es un diseño bonito. Conlleva un buen prototipo, un patronaje, un diseño cuidado. Un buen acabado y confección, para sacar el mejor producto a la calle.” Y asegura que este es el motivo por el que mucha gente se queda en el camino. “Deciden estudiar moda porque solo ven la fachada bonita y se abruman al ver el trabajo que hay detrás de cada pieza”.

A los 16 años decidió no vivir la experiencia universitaria y rechazó sacarse el bachiller para optar posteriormente por la carrera de Diseño. Tenía claro que coger aguja e hilo le llevaría donde quisiera, y un Grado Medio de Confección y Moda en la localidad salmantina de Béjar, le marcaron el camino.

Todo empezó viendo a su abuela coser. “Ella siempre se ha hecho sus vestidos de gitana para ir al Rocío y a mí me encantaba ver como cosía. Me saltó la chispa y me apunté a clases de coser en una pequeña mercería. Ahí empezó todo”.

Juan José, o más conocido como J. Hernández, mostró sus habilidades textiles al mundo mediante diferentes modelos de mascarillas y unas fotos frente al espejo para su Instagram. Conjuntaba diariamente camisa y mascarilla, esta última hecha con la propia tela que le sobraba de la primera, que compraba a propósito más grande. Y los encargos no se hicieron esperar.

El afán por hacer cada día algo diferente y su amor por las tradiciones y los trajes regionales, le llevaron a tener la idea de crear una mascarilla que ha sentado precedentes: la mascarilla del gajo, confeccionada en tejido TNT. Fue el primero en lazarse a hacerla. “Existen otras mascarillas de gajo, pero están bordadas y se pueden estropear fácilmente al lavarlas. Aunque son obras de arte”, asegura.

A pesar del rotundo éxito, tiene claro que quiere seguir formándose y ha dado un nuevo paso en su trayectoria educativa. Ahora se ha mudado a Cáceres para estudiar Patronaje y Moda.

Pero eso no es todo. El veinteañero diseñó a principios de año una colección de 8 trajes en menos de 2 meses, con exámenes de por medio y otro compromiso con su hermana pequeña de hacerle una falda para un concurso de flamenco. ¡Otra artista!

Desafortunadamente, no pudieron llegar a lucirse por la suspensión en marzo de la Feria del Toro de Coria, con la declaración del estado de alarma. Afirma que este tipo de situaciones le reafirman que su sueño es la moda y no se va a rendir.

emprendimiento jóvenes
J. Hernández con uno de sus diseños y la Catedral de Coria de fondo

Seguirá haciendo mascarillas, pero no se plantea confeccionar ropa por un tiempo, hasta que acabe los estudios. Veremos si cumple su palabra este jovencísimo emprendedor al que no le gusta estar parado y siempre anda en busca de lo “que no se ha inventado”, como él dice.

La pandemia no le desanima y mantiene la idea de montar una tienda física de que acabe sus estudios. Le gusta el trato físico con la gente, arreglar su ropa y recomendarle las mejores telas. Aunque se adapte a la digitalización necesaria para vender sus productos fuera, en sus sueños ve una mercería a lo grande, con abalorios, telas, botones y cremalleras. Y en su tierra, Extremadura.  

Instagram Facebook


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *