El Cervantes deposita manuscritos, fotos familiares y la pluma del autor de Jarrapellejos, símbolo de libertad y denuncia social
Una llave para reabrir conciencias
Rómulo Peñalver para Digital Extremadura, Madrid, 27 de octubre de 2025.- La cámara acorazada de la Caja de las Letras del Instituto Cervantes guarda desde este lunes una nueva pieza de memoria literaria: el legado de Felipe Trigo (Villanueva de la Serena, 1864 – Madrid, 1916), uno de los autores más incómodos y revolucionarios del cambio de siglo.
El director del Cervantes, Luis García Montero, fue el encargado de custodiar la caja número 1702, repleta de manuscritos, fotografías y la estilográfica del escritor. Un cofre familiar que llega de la mano de su nieta, Carmen Trigo, y su tataranieto, Ricardo Carrasco.
Denuncia vigente en tiempos convulsos
García Montero ensalzó la vigencia de una obra que apuntó sin miedo a los caciques, al puritanismo burgués y a la represión del deseo.
“Trigo habló de la civilización democrática, de los discursos de odio y de la liberación sexual cuando hacerlo implicaba jugarse la vida”, afirmó el poeta y gestor cultural.
El legado recupera la figura de un escritor que la dictadura franquista quiso arrinconar, pero cuyo pensamiento resistió y regresó desde su tierra extremeña para reclamar su sitio en la historia de la literatura.
El eterno escritor polémico
El ensayista y editor Luis Sáez, responsable de devolver su obra a los anaqueles contemporáneos, recordó que Trigo “fue amado por miles, aborrecido por otros tantos”.

Protagonista de su tiempo y también de nuestras discusiones actuales, rompió moldes con novelas como Las ingenuas, La sed de amar o El médico rural, donde la emancipación femenina y el erotismo convivían con su propia herencia patriarcal.
Su obra más universal, Jarrapellejos, retrató de forma descarnada los abusos del poder en la España rural. Tres décadas después, Giménez-Rico la llevaría al cine para que la denuncia llegara aún más lejos.
Memoria íntima
En un acto marcado por la emoción, su nieta Carmen leyó pasajes autobiográficos y recuerdos en la villa Luisiana, la casa familiar de Madrid donde Trigo escribía hasta altas horas, convencido de que la literatura podía cambiar leyes y despertar conciencias.
LUPA DEx
Felipe Trigo: un extremeño que incomodó al poder
- Médico, escritor y polemista.
- Retrató como pocos el caciquismo en la España rural.
- Sus libros reivindicaron la libertad sexual y la igualdad de la mujer en plena Restauración.
- Silenciado durante el franquismo, Extremadura ha encabezado su recuperación.
- Su pensamiento, entre el progreso y sus propias contradicciones, sigue generando debate.
Con el cierre de la puerta blindada y el depósito definitivo del cofre, el Cervantes no solo protege unos papeles: rescata una voz insumisa, incómoda, necesaria.
Felipe Trigo ya forma parte del panteón laico de las letras españolas. Y todavía tiene mucho que decir.






