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LA CATETA ESTÉTICA QUE SE LUCE EN LO INSTITUCIONAL

OPINIÓNCONTEXTO ACTUALEXTREMADURA
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Hay una serie de normas de protocolo y de imagen que en pleno siglo XXI, a pesar de la revolución que se ha impuesto del » a mí me da igual que me critiquen, yo visto y me luzco como me da la gana» , hay que observar, guardar y llevar a la práctica so pena de parecer unos verdaderos catetos, o catetas, y no nos referimos al término latino cathĕtus, que define a cualquiera de los dos lados menores de un triángulo rectángulo, no, más bien a esa acepción popular que viene a ser sinónimo de hortera, arrabalero, barriobajero, basto, chabacano o garrulo.

Y decimos lo anterior porque se ha «protocalizado» tal libertad a la hora de, por ejemplo, acudir y estar presentes, en actos institucionales, en los que se supone que hay que dar la imagen adecuada de representación de un país, nación o patria,  comunidad, autonomía, provincia o localidad que a nosotros al menos nos da auténtico repelús, dañándome estentóramente la vista y causándonos un enorme malestar que a veces hasta el corazón nos palpita como una patata frita de esas de El Gallo cacereño en las sartenes industriales donde se fríe tan suculento manjar.

Nos referimos, sobre todo, a la vestimenta » que se gastan» algunos, y algunas,  de nuestros políticos, y políticas, esos, y esas,  que deberían, en caso de que no sepan a qué normas protocolarias atenerse, consultar con quien sabe para que al menos no hagan el ridículo estético, que en numerosas ocasiones define la categoría intelectual del individuo, o individua.

Ver » las pintas» y ropaje de determinados, y determinadas, o sea,  da idea de a donde hemos llegado, desgraciadamente. Porque, por ejemplo, en un acto institucional de la categoría humana, social y política que se ha celebrado este lunes siete de septiembre de dos mil veinte, con la carga histórica que conlleva, en el Patio de Los Naranjos de la Asamblea de Extremadura, en la capital emeritense, y observando la galería de imágenes del flickr del propio parlamento, eso, pinchen, pinchen en el enlace, imaginamos que más de uno, y de una, ratificarán lo que aquí resaltamos, para mayor escarnio de todos, y todas.

Por todo ello, pedimos humilde, pero firmemente, que nuestros representantes, y representantas, se guarden muy mucho, cuando tengan que asistir a actos públicos, de al menos, una de dos cuidar la imagen estética y cuanto menos pasar inadvertidos, solo pedimos eso, porque repetimos, observar la colección de » modelitos» y » modelitas» que algunos, y algunas, lucen es como para cosernos no solo la mascarilla pandémica a nuestra carita de asombro y estupefacción para los restos, y así no se atisbe ningún gesto de rechazo sino que nos ahorremos de tener que asistir a Urgencias, con la que está cayendo, ya que seguramente nos podría producir un atroz desprendimiento de retina.


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