Se trata del «día más importante del año», según ha indicado este lunes el alcalde torrejoncillano, Moisés Paniagua, que ha recordado que este evento fue reconocido como Fiesta de Interés Regional en 1968 y Fiesta de Interés Nacional en 1974. «Es una de las fiestas más singulares y emblemáticas del país», ha añadido.
Algunas leyendas apuntan a que el origen de la fiesta está en la Batalla de Pavía, que se libró el 24 de febrero de 1525 entre el ejército francés al mando del rey Francisco I y las tropas germano-españolas del emperador Carlos V, y en la que un grupo de torrejoncillanos se cubrió con sábanas blancas y se encomendó a la Virgen para poder adentrarse en las líneas enemigas sin ser descubiertos en el paisaje cubierto de nieve.
No se sabe con certeza si esto fue así pero sí que el origen de la fiesta es «una batalla» y de ahí los caballos y las escopetas emulando el ejército, ha explicado el primer edil. No obstante, la fiesta tiene ahora un cariz religioso en agradecimiento a María Inmaculada que consiguió, según la leyenda, que las tropas españolas lograran su objetivo en esta localidad italiana.
Así, la tradicional fiesta tendrá lugar este jueves, día 7, a las 22,00 horas, momento de la salida del Estandarte de ‘María Inmaculada’ y su posterior ‘Procesión de la Encamisá’. Ese día unas 10.000 personas pueden congregarse en Torrejoncillo para ver la procesión y disfrutar de los festejos.
Ya el viernes día 8, a las 12,00 horas habrá una misa en la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol y una posterior procesión, mientras que a las 16,30 horas será la finalización del Novenario en la citada iglesia y la posterior salida en procesión de ‘La Pura’.
Los festejos en torno a la ‘La Encamisá’ han comenzado en noviembre con una exposición de carteles de las fiestas, actividades infantiles, el pregón y la tradicional ofrenda floral a la Virgen María Inmaculada, preludio de la noche.
Ya el próximo jueves es el día grande cuando los jinetes ‘encamisaos’ con sus caballos cubiertos con sábanas blancas adornadas, se van congregando en la casa del mayordomo, donde se les hará entrega de los faroles que habrán de portar durante la procesión.
Por su parte, los escopeteros descargarán todos sus cartuchos para hacer la celebración con más de 300 salvas cada uno. Así, tras una lluvia de fuegos artificiales se realiza la salida del estandarte de María Inmaculada y la tradicional procesión a las 22,00 horas.
Al concluir el acto, la asociación de Paladines de ‘La Encamisá’, invitará a los asistentes al ‘coquillo’, dulce típico de Torrejoncillo y a un vino de la tierra, en la sede de la asociación de Paladines.
«FERVOR MARIANO»
El presidente de la Asociación de Paladines, Juan Bartolomé López, ha señalado en la presentación de la fiesta que es un «día grande y de respeto» hacia la virgen y ha añadido que, aunque los visitantes son bienvenidos, se trata de un festejo de los torrejoncillanos en el que se muestra «el fervor mariano».
El mayordomo de las fiestas este año es Antonio Crespo, que será el encargado de llevar el estandarte. «Portar el estandarte de la virgen es lo más grande que puede existir y es un reto en la vida», ha explicado este hombre que lleva veintidós años esperando este momento, desde que se apuntó para poder llevar la imagen.
Esta localidad, de unos 3.400 habitantes, pondrá en marcha también un dispositivo de seguridad para que todo transcurra con tranquilidad, ya que el uso de caballos y de escopetas en el festejo obliga a tomar medidas especiales para evitar posibles accidentes.
Cabe reseñar que como colofón a este evento cultural el sábado, día 9, será el Día de la Pura Chica. Arrancará a las 12,00 horas en la Casa de Cultura ‘Raúl Moreno Molero’ con un festival infantil y, acto seguido, se obsequiará a todos los niños asistentes con un convite en la sede de la Asociación de Paladines de ‘La Encamisá’.
