Una bandera arriada con rechazo y polémica
Cáceres se convierte en escenario de una nueva polémica tras la actuación de una mujer durante el desfile del Corpus Christi. El gesto de arriar las banderas del Orgullo sin autorización ha abierto un frente legal, político y social de consecuencias imprevisibles.
R. DEx, Cáceres, 23 de junio de 2025.- La escena ocurrió a plena luz del mediodía, cuando la procesión del Corpus Christi llegaba a las escalinatas del Ayuntamiento de Cáceres. Fue entonces cuando una mujer, “por su cuenta y riesgo”, según el informe de la Policía Local, decidió arriar las banderas LGTBI colocadas en los mástiles oficiales del balcón consistorial.
La acción, que no estaba autorizada, ha derivado en una denuncia formal y en la apertura de diligencias por parte de la Fiscalía Provincial de Cáceres. Se investigará si los hechos pudieran constituir un delito de odio, tal y como contempla el ordenamiento jurídico en el marco de la Ley de Seguridad Ciudadana.
Posible infracción administrativa
El concejal de Seguridad, Pedro Muriel, ha explicado que se ha propuesto una sanción administrativa contra la autora de los hechos, por una posible “perturbación del normal desarrollo de un acto público”. La cuantía de la sanción está aún por determinar.
El Ayuntamiento también ha solicitado que se esclarezca si la mujer actuó sola o si lo hizo en representación de alguna organización o grupo político. Según fuentes del colectivo LGTBI, la mujer identificada es María Isabel González Rodríguez, quien figuró como número 5 en la lista de Vox Cáceres en las elecciones municipales de 2023.
Reacciones cruzadas y tensiones políticas
Desde Vox, el vicepresidente provincial y vicesecretario de organización, Francisco Flores Mancebo, ha acusado al Gobierno municipal del PP de “incompetencia” por permitir que las banderas permanecieran durante la celebración del Corpus. En redes sociales, calificó las enseñas del Orgullo como “trapos” y consideró su presencia una “irresponsabilidad” política.
El alcalde de Cáceres, Rafael Mateos, ha querido zanjar el asunto con una declaración institucional: “El Ayuntamiento es la casa de todos y el respeto a los Derechos Humanos está por encima de cualquier ideología. Me parece una falta de respeto que alguien, por su cuenta, arremeta contra símbolos que representan derechos fundamentales”.
Comentario editorial DEx
La convivencia democrática se pone a prueba cuando la intolerancia irrumpe en el espacio público bajo pretextos religiosos, ideológicos o culturales. El acto de arriar una bandera —símbolo de diversidad, inclusión y derechos humanos— durante una festividad religiosa no solo revela una profunda fractura social, sino una peligrosa escalada de gestos que trivializan el odio y lo disfrazan de opinión personal.
En Cáceres, ondear la bandera del Orgullo no es una provocación: es una declaración de principios. Es el recordatorio de que los derechos conquistados no son un ornamento de temporada, sino una conquista irrenunciable. Lo sucedido exige una respuesta firme, proporcional y pedagógica.
Porque cuando se arría una bandera, lo que se pretende arriar es lo que representa. Y eso, en democracia, nunca debe salir gratis.