Tras la elecciones celebradas recientemente en España se ha producido de nuevo la diversificación de los partidos representantes de los ciudadanos, como sucedió en los anteriores comicios, situación que se materializa de la forma siguiente: en general, el partido más votado no obtiene la mayoría absoluta para gobernar y ha de considerar la posibilidad de pactar con los que han obtenido menos votos aunque sus planteamientos no coincidan, incluso sean opuestos a los de aquel con el que puede establecer un amplio acuerdo. Si no transige con los pactos no obtendrá el pretendido poder.
Estamos ante un sistema de acción colectiva y de cooperación necesaria según la cual, el partido más votado puede quedarse al margen por el juego de fuerzas previamente establecido. Se produce así gran incertidumbre y hay que pensar cuál es la solución. Estudiar una fórmula que beneficie a todos. .Nos encontramos ante el llamado dilema del prisionero que se presenta en Sociología y se resume así con un ejemplo: la policía detiene a dos sospechosos de haber cometido un delito. No hay pruebas para condenarlos y para obtener información se les encierra a cada uno en una celda. El fiscal les visita por separado y ofrece a cada uno un trato si se manifiestan sobre la responsabilidad del otro. Si confiesa y su cómplice no habla, este será condenado a la pena máxima que se eleva a diez años y por el contrario el delator quedará libre .Si ambos permanecen callados, los dos serán condenados a una pena menor. Cada preso puede optar por colaborar con el otro o acusarle de ser el autor del delito y librarse de la pena. Sin duda, la elección que produce mejores resultados es que ambos prisioneros cooperen, no inculpen al contrario pues de esta forma ambos cumplirán la mínima pena posible, es decir se consigue un beneficio conjunto. La moraleja es que las conductas egoístas producen peores resultados, en cambio las de cooperación son beneficiosas para todos los intervinientes en la acción.
En el ámbito internacional ,tras los horrores de la guerra europea surgieron organizaciones que trabajaron para obtener una solución cooperativa estable que evitara nuevos conflictos, aceptando las limitaciones de cada Estado, hecho que hizo posible alcanzar logros de gran altura como el Convenio Europeo de protección de Derechos Humanos, que supuso aceptar limitaciones en los beneficios individuales para cada Estado. Este espíritu de colaboración se produjo también aceptando la propuesta de Schumann, un jurista de gran altura moral que había sufrido en su persona las terribles consecuencias de la contienda y propugnó la firma del tan conocido Tratado de Roma, Los Estados renunciaron a algunas de sus prerrogativas de poder respecto a su soberanía para mayor utilidad de cada Estado y de esta forma la cooperación de todos los miembros firmantes fue absolutamente eficaz
Si consideramos el maremágnum que se ha producido con las recientes elecciones tenemos en realidad la misma situación, el dilema del prisionero: si una formación política apoya al grupo más votado, pierde su posición y es criticada por sus votantes pero si no coopera, no beneficia a los demás ni siquiera obtiene beneficio propio.
Es un problema que tienen en la actualidad los ciudadanos españoles que, sin duda, produce gran preocupación, presentándose la incógnita de cómo han de resolverse de forma inmediata los problemas acuciantes que sufren muchos españoles, el paro, la pobreza el déficit de educación y a los que no les importa el resultado obtenido de los pactos de acá o de allá. Urge resolver la situación planteada, que solo entienden los protagonistas de los partidos que, al parecer, tienen como único objetivo su solución personal.