El proyecto de regadío de Tierra de Barros, que pretende transformar en regadío unas 15.000 hectáreas de cultivos de secano en la comarca extremeña, se ha encontrado con la oposición de la Unión Europea, que considera que tiene un impacto negativo sobre el medio ambiente y las masas de agua.
Así se lo ha hecho saber este miércoles la Dirección General de Medio Ambiente y la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea al consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural de la Junta de Extremadura, Ignacio Higuero, y a los representantes de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), en una reunión telemática en la que se ha abordado el estado del proyecto.
Según ha informado la Junta de Extremadura en un comunicado, el gobierno regional ha expresado su “apoyo decidido” al regadío de Tierra de Barros, que considera “clave para el desarrollo de Extremadura” y que cuenta con el respaldo de los agricultores y las organizaciones agrarias de la zona.
Sin embargo, la Unión Europea ha mostrado sus “reticencias” al proyecto y ha exigido que se aclaren las dudas sobre el mismo, así como que se refleje el impacto ambiental del regadío en el Plan Hidrológico. Además, ha advertido al gobierno de la Junta que debe reorientar los fondos del Programa de Desarrollo Rural (PDR) que estaban destinados al regadío, porque de lo contrario se corre el riesgo de perderlos.
Ante esta situación, la Junta de Extremadura ha anunciado que solicitará una reunión técnica en Bruselas para seguir defendiendo la viabilidad del regadío de Tierra de Barros y para buscar soluciones que permitan compatibilizar el desarrollo agrario con la protección del medio ambiente.
