Mérida.-Al grito de “¡mierda!”, un comentario escatológico que luego tendrá su por qué, arranca ‘La Paz’, una entretenida comedia musical apocalíptica y pacifista que se ha estrenado este miércoles en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. La obra aborda con seriedad y humor la negrura del mundo y la eterna utopía del fin de las guerras.
Un héroe inusual y su odisea
Para recuperar la paz, el héroe de la obra, Trigeo, un modesto viticultor encarnado por el cómico Joaquín Reyes, se sube a lomos de un escarabajo pelotero, lejos del glamour del alado Pegaso, y vuela hasta el Olimpo, donde la paz está secuestrada. La odisea comienza con la resolución de este particular Ulises, harto de tanta guerra, mientras sus esclavos preparan el combustible para el viaje: excrementos, que alimentarán al coleóptero dorado.
De Aristófanes a Nieva
Inicialmente concebida por el célebre comediógrafo Aristófanes en el contexto de la Guerra del Peloponeso, la obra se universaliza en la versión de Francisco Nieva, un “autor total”, según la directora Rakel Camacho. La representación, una coproducción del festival emeritense y Sanra Produce, cuenta con música de Pablo Peña y Darío del Moral, coreografía de Julia Monje y vestuario de Rosa García Andújar.
Noche de estrenos y de manchegos
La obra ha supuesto una noche de estrenos: del texto de Nieva, de Camacho al frente de un espectáculo en Mérida y de Reyes como actor de teatro. También ha sido una noche de manchegos, con Nieva, la directora y el protagonista compartiendo origen, y algunos localismos del texto. Trigeo, en quien Reyes ve a un sencillo manchego con cierta retranca, emprende una aventura quijotesca.
El elenco y la trama
El elenco de ‘La Paz’ lo completan la veterana actriz y presentadora Ángeles Martín (Corifea), la cantante Astrid Jones como La Guerra, y Laura Galán, Premio Goya a la Mejor Actriz Revelación por ‘Cerdita’, como la hija de Trigeo y La Paz. Sara Escudero es la diosa Hermes, Carlos Troya es Tumulto, y Pedro Ángel Roca y Nerea Moreno son los esclavos, acompañados por un coro.
La trama se desarrolla en una nave industrial, en una atmósfera inquietante y asfixiante, con personajes grotescos y siniestros, pero también con espacio para el absurdo y situaciones cómicas surrealistas. La iluminación, la escenografía y el vestuario, junto a la música, completan la experiencia.
Trigeo y La Guerra cara a cara
Trigeo, que reprocha a la gente que no haga nada por la paz, emprende “solico” la empresa de ir a ver a Zeus, el padre de los dioses. Sin embargo, solo encuentra a Hermes y, escapando de la guerra, se encuentra con ella, siempre sedienta de sangre. Cuando teme por su vida, consigue burlarla y liberar a la Paz, enclaustrada en un mausoleo. El pueblo canta ante la hazaña de su héroe y corea ‘Cuidemos de la paz y si es preciso fijemos en la tierra el paraíso’.
La obra finaliza con el elenco entonando ‘Give peace a chance’ de John Lennon, mientras portan carteles que preguntan ‘Why’. Al himno pacifista se une parte del público, cerrando una noche memorable en Mérida.
Imagen: Jero Morales.
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