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La televisión pública está en caída libre y su cúpula directiva sigue jugando a ser Telecinco

ESPAÑAOCIO Y SALUD
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Rómulo Peñalver, 14 de marzo de 2025.- En lugar de apostar por contenido de calidad, RTVE ha convertido su parrilla en un parque temático del famoseo casposo, quemando millones en un show de cotilleo que nadie quiere ver. El intento de conquistar el morbo ha sido un suicidio televisivo y los datos lo dejan claro: los espectadores han dado la espalda con un portazo atronador.

El naufragio del cotilleo en TVE

Cuando José Pablo López y su equipo decidieron llenar TVE de chismes rancios y ex colaboradoras recicladas de Sálvame, lo vendieron como la gran solución para hacer la cadena “más popular”. La realidad es otra: se han estrellado. Y a lo grande.

Desde Mañaneros, una versión low-cost del corazón matutino, hasta la llegada de Belén Esteban y María Patiño para intentar resucitar el amarillismo en la franja vespertina, la televisión pública ha mutado en un grotesco sucedáneo de Telecinco. Pero hay un problema de base: ni los espectadores fieles de TVE tragan con esto, ni los seguidores del entretenimiento rosa han querido cambiarse de canal. Resultado: un desastre monumental.

Los números son de vergüenza ajena: Mañaneros se arrastra con un mísero 8% de audiencia, el Extra de Mañaneros se hunde por debajo del 6%, y el nuevo experimento de cotilleo vespertino pinta a catástrofe antes de arrancar. Mientras tanto, Supervivientes sigue dominando con un 20% de share, dejando claro que el cotilleo funciona… pero no cuando es una mala imitación.

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Marc Giró.

RTVE copia lo peor y fracasa rotundamente

Intentar ser Telecinco sin el descaro de Telecinco ha sido un error de libro. RTVE no es ni una televisión pública de prestigio ni un referente del morbo televisivo. Ha quedado atrapada en un limbo donde nadie la quiere ver.

Y mientras tanto, los programas que sí respetan la esencia de la televisión pública triunfan. El documental 7291, sobre la tragedia de las residencias de ancianos, llegó a un impresionante 15% de audiencia entre La 2 y el Canal 24 Horas. La Revuelta mantiene un sólido 12,5%, y Late Xou de Marc Giró, con su ironía afilada y su estilo fresco, se ha convertido en un refugio para una audiencia que busca humor inteligente y moderno. Pero en lugar de reforzar estos formatos que sí funcionan, la cúpula de RTVE sigue empeñada en vender humo con un refrito del Sálvame más rancio.

RTVE al borde del abismo: o rectifica o se hunde

¿Quién está tomando las decisiones en RTVE? ¿Qué lógica hay detrás de este disparate? La televisión pública no tiene sentido si se convierte en una mala copia de Mediaset. Su misión debería ser ofrecer contenido que las privadas no pueden o no quieren producir. Información de calidad, documentales de peso, ficción innovadora, entretenimiento con sustancia. No tertulias cutres ni realities de tercera fila.

La audiencia ha hablado: NO quiere una RTVE transformada en un circo del cotilleo trasnochado. Si la dirección sigue sin escuchar, el batacazo definitivo está a la vuelta de la esquina. Y esta vez, puede no haber vuelta atrás.


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